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La escala de magnitud de momento, simbolizada por el signo (MW), fue concebida para mitigar las limitaciones de la escala de Richter, juzgada poco eficaz por los expertos a la hora de medir grandes sismos.

Esta escala fue utilizada por el Instituto Norteamericano de Geofísica (USGS) para medir los recientes sismos en la península de Kamtchatka, en el Extremo Oriente ruso.

Concebida hace 25 años, la magnitud de momento mide la energía liberada por un terremoto, aunque no presenta grandes diferencias con la escala de Richter.

Es una escala logarítmica abierta: cada vez que se supera uno de sus escalones, la energía liberada por el sismo se multiplica por 32.

Para calcular la magnitud de un terremoto según este método, hay que tener en cuenta el coeficiente de elasticidad de la roca (un valor constante), la superficie de la ruptura y el desplazamiento medio de la placa.

"Lo que tratamos de determinar es la superficie de la placa tectónica que se deslizó, que se desprende de la duración del sismo", explica Paul Tapponnier, experto del Instituto de Física Global de París.

Según la magnitud de momento, un seísmo de magnitud 6 causará una falla de 10 kilómetros de longitud y provocará un desplazamiento de la placa de unos 10 centímetros.

En caso de que la magnitud sea 7, la falla alcanzará los 100 kilómetros y el desplazamiento de la placa será de un metro, mientras que si la magnitud es 8, la falla será de varios cientos de kilómetros y la placa superior terrestre se desplazará más de diez metros.

Las escalas de magnitud de momento o de Richter determinan la magnitud de un terremoto, al contrario de las escalas como la de Mercalli, que miden su intensidad (los efectos observados en proximidad del epicentro).

La escala de Richter fue establecida en 1935, mientras que la Mw nace en 1970.

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