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Managua.- El ojo de la tormenta tocó tierra ayer en la desembocadura del río Coco, en la Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN), muy cerca de la frontera con Honduras, con vientos sostenidos de 75 kilómetros por hora, según informó el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter).

Pero esa es una zona escasamente poblada y Matthew continuó viaje en dirección oeste, con una velocidad de traslación de 24 kilómetros por hora, y se internó en horas de la tarde en territorio hondureño.

En Puerto Cabezas, capital de la RAAN, amaneció ayer lloviendo, pero las precipitaciones cesaron en la medida en que avanzó el día, mientras que en Waspán, cerca de la frontera con Honduras, los daños provocados por el paso de Matthew fueron mucho menores que los esperados, según se supo aquí.

Por su parte, el presidente Daniel Ortega, en declaraciones formuladas anoche en La capitalina Casa de los Pueblos, aseguró que la amenaza va retrocediendo y Matthew se convertirá en una depresión tropical con mucha agua, pero con vientos mucho más débiles de lo que se esperaba.

El mandatario decretó el jueves la alerta amarilla para las dos regiones caribeñas y la verde para el resto del país, y aunque anoche mantuvo esa decisión, adelantó que muy probablemente hoy eliminaría la amarilla y extendería la verde para todo el territorio nacional.

Aunque pase el peligro de Matthew, es necesario mantener la alerta verde para todo el país debido a que continúan las copiosas precipitaciones que han caracterizado la actual temporada lluviosa, y la amenaza de inundaciones no ha cesado, precisó el líder sandinista.

En Managua, las autoridades mantienen una estrecha vigilancia sobre el nivel de las aguas del lago Xolotlán, que continúa subiendo y está a punto de alcanzar su máximo histórico.

Se reportó el traslado de varios miles de personas que habitan junto a las riberas del lago hacia lugares más seguros y el gobierno central anunció que busca otros lugares para su asentamiento definitivo.

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