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En tan sólo pocos días, nuestro histórico Río San Juan, ruta antigua de piratas y fruto codiciado por los que establecían las metas de la geopolítica del Imperio Británico y del imperialismo norteamericano en su fase ascendente, vuelve a cobrar notoriedad dentro y fuera de Nicaragua. Primero fue con la estrecha asociación de los Coroneles y Generales del Ejército Nacional (Popular Sandinista) y sus congéneres del Brasil a través de la empresa transnacional, Andrade Gutiérrez. Y más recientemente, con trabajos de dragado dirigidos por el inmoral aventurero, Edén Pastora Gómez, utilizando una draga hechiza, diseñada y construida por un ingeniero ruso residente en el occidente del país. Esto último ha provocado un conflicto diplomático con Costa Rica, que parece fue diseñado y planificado por el propio Ortega Saavedra.

Cuando los medios de comunicación social de Nicaragua dieron a conocer los alcances del Proyecto Hidroeléctrico "Brito", el que haría desaparecer el Río San Juan desde Boca de Sábalos hasta donde desemboca actualmente en  el Mar Caribe, se levantaron miles de voces de protesta, porque constituye un atentado contra la flora, fauna, la ecología y las especies que viven y se reproducen en los cuerpos de agua afectados por la voracidad insaciable de los antiguos proletarios, los altos oficiales del Ejército Nacional (Popular Sandinista). Poblaciones enteras tanto de Nicaragua como de Costa Rica serían afectadas por la inundación de las tierras que quedarían recubiertas por el agua del Río San Juan, para levantar el nivel del Gran Lago de Nicaragua, poniendo en peligro la mayor reserva de agua dulce de la región centroamericana. No obstante, el gobierno de la señora Laura Chinchilla no dio a conocer ninguna protesta ni la más elemental preocupación por la ejecución de este megadisparate, producto de las mentes de un grupo de ignorantes y sinvergüenzas que desean figurar en las listas de millonarios de la Revista Forbes.

En un comentario anterior mencioné que con la ejecución del Proyecto Hidroeléctrico "Brito", los capos de la droga dispondrían de una ruta alterna, ya que podrían transportar la cocaína, heroína y marihuana desde los Llanos del Orinoco hasta el nuevo embalse mediante hidroaviones, dándole oportunidades de incrementar el negocio de las drogas a los asociados del castro-chavismo. Las avionetas que salen de esos Llanos son las que antes utilizaban las pistas de aterrizaje de los Llanos de Olancho, Honduras, las que no pudieron seguir utilizando desde que fuera depuesto legalmente el títere de Hugo Chávez, Mel Zelaya. En otras palabras, además de las pistas de aterrizaje de la Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN), como las de Walpasiksa, con la ejecución de este nuevo proyecto, tendrían a su disposición otra y con mejores vías de comunicación.

Este megadisparate del Proyecto Hidroeléctrico "Brito", según cálculos realizados en 1975, tendría capacidad de generación de 250 MW. Con el despale provocado en la cuenca del Río San Juan por los militares y la familia Ortega-Murillo, ha disminuido tremendamente el caudal de agua, estimándose que actualmente lo más que generarían las turbinas y generadores eléctricos serían unos 150 MW, cantidad que no justifica provocar la desaparición del Río San Juan. Además, sería darle el jaque mate a las inversiones turísticas hechas por gran cantidad de empresarios nicaragüenses emprendedores y con gran visión de futuro, pero que nunca se imaginaron que los antiguos terroristas y asaltantes de bancos, Coroneles y Generales del Ejército Nacional (Popular Sandinista), se asociarían con aventureros uniformados del Brasil para destruir nuestras bellezas naturales y reservas de agua potable.

Recientemente visitó Nicaragua el relacionista público de la empresa brasileña, Andrade Gutiérrez, el que desmintió a Emilio Rappacioli, Ministro de Energía y Minas de Ortega Saavedra, afirmando que vinieron a nuestro país para quedarse y que por ningún motivo abandonarían la presa que ya tenían en sus garras. Esto confirma que llevarán a la práctica el Proyecto Hidroeléctrico "Brito", importándoles muy poco las consecuencias que se ocasionen a la flora, fauna, especies lacustres y fluviales y hasta las tortugas de Chacocente, San Juan del Sur.

Pasemos ahora al dragado de parte del Río San Juan, desde el Delta del Sarapiquí hasta su desembocadura en el Mar Caribe. Este proyecto constituye una maniobra diversionista del megadisparate del Hidroeléctrico "Brito". Por esto han encargado su dirección técnica al vulgar aventurero y terrorista, Edén Pastora Gómez, al que se aplica muy bien la expresión española, "es más bruto que andar a pie". Ya provocó un descomunal conflicto diplomático con Costa Rica. Pero aquí es donde está la lógica para descifrar lo que persigue Ortega Saavedra con estos falsos trabajos de dragado. Una vez en proceso de ejecución el Hidroeléctrico "Brito", el Río San Juan desaparece desde antes de llegar al Castillo de la Inmaculada Concepción de María, porque se reduciría a poco menos que un caño de agua. Espera resolver cualquier futura protesta de Costa Rica sobre el Río San Juan, reduciéndola a un dragado que no se completará nunca, porque la draga hechiza no sirve para nada, mientras neutraliza cualquier protesta de nuestro vecino del sur relacionada con el verdadero negocio, el Hidroeléctrico "Brito".

Dicen los militares y policías orteguistas que con el dragado de esa parte del Río San Juan se controlará mejor el tráfico de drogas en esa zona de nuestro país. Pero para quienes conocemos toda esa región, sabemos que en el año 2001, Edén Pastora Gómez construyó una pista de aterrizaje en terrenos adyacentes al histórico Cementerio de Greytown, San Juan del Norte, donde según denuncias de sus moradores, la mayor parte de las noches aterrizan avionetas que descargan grandes cantidades de heroína y cocaína procedentes de  Venezuela y las reciben individuos con acento mexicano, es decir, pertenecientes a los carteles del Golfo, Sinalóa, etc. y quienes los representan son desalmados sicarios. Ese control de las drogas es una gran falacia, porque Pastora Gómez opera teniendo como asociados locales  a los oficiales del Ejército Nacional (Popular Sandinista).

Por si lo anterior fuera poco, cerca de San Juan del Norte está una gigantesca plantación de cocos, a orillas del Mar Caribe, conocida como "La Cangrejera". Existe un cuartel de la Fuerza Naval Orteguista y tanto sus integrantes como los campesinos de la zona, tienen una manera muy sui géneris de dedicarse a labores de "pesca". Salen todas las mañanas a recoger bolsas herméticas de plástico, dejadas por los traficantes sudamericanos de las drogas, las que luego pasan recogiendo los empleados del "cartelito" de Pastora Gómez y los altos mandos militares orteguistas. Es falso entonces que el presunto dragado de parte del Río San Juan contribuirá a combatir mejor el tráfico de drogas, en todo caso, más bien lo incrementaría.

No existe, pues, la menor duda, que ambos proyectos, el dragado de parte del Río San Juan y el Proyecto Hidroeléctrico "Brito", son incompatibles. Externamente, el dragado es un chamarro para neutralizar futuras protestas del gobierno de Costa Rica cuando se lleven a cabo los trabajos del mencionado proyecto hidroeléctrico. Pero internamente, tiene una importancia de primer orden.

El dragado está proyectando a un dictador totalitario como celoso defensor de la soberanía nacional. Lo sospechoso es que no sólo la chusma ha puesto de manifiesto su patrioterismo, sino que organizaciones de empresarios, profesionales y dirigentes de partidos políticos han mordido el anzuelo que tiene como carnada la reelección del secretario general del FSLN, el que durante el período 1979-1990, transformó a Nicaragua en protectorado del bloque soviético-cubano y actualmente, ya lo ha alineado con el social imperialismo chavista, promotor y mecenas del terrorismo internacional.

Un clima de agitación interna, presentando a Ortega Saavedra como el campeón del nacionalismo, defensor de los humildes, recurriendo a una estrategia anti-imperialista, teniendo el control de todos los Poderes del Estado, principalmente del electoral, integrado por expertos en fraudes y disponiendo a su gusto y antojo de los efectivos y poder de fuego del Ejército Nacional (Popular Sandinista) y Policía Nacional (Sandinista), consolidarán en noviembre del 2011 la dictadura totalitaria y dinástica de Ortega Saavedra.

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