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Una fuente digna de todo crédito informó respecto al trabajo que vienen realizando los medios de comunicación que representan a Nicaragua en Costa Rica.

Como conocedor del rol periodístico, la fuente, que pidió no ser identificada, indicó a Ticovision.com que “puedo revelar que me ha despertado una preocupación seria el comportamiento periodístico que he venido observando y leyendo de parte del corresponsal del diario La Prensa (Elí Josué Bravo o Josué Bravo)”.

“Atrás ha quedo una línea investigativa, que ha caracterizado al rotativo que representa. Hoy solo nostalgia da ver aquellas notas donde se plasmaba el buen trabajo periodístico, para golpearnos con noticias disfrazadas, que solo esconden un oficialismo relevante por su cercanía y compañerismo de tragos con el protegido del Cardenal Miguel Obando y Bravo, Costa Rica”, agregó.

Indicó además que, de un tiempo a la fecha, se ha visto un cambio radical en el abordaje de sus notas, “que solo reflejan una especie de resonancia de lo que se dice en la sede diplomática nicaragüense”.

Esa actitud –añadió-  la empecé a notar durante la cobertura que hizo en el caso de la introducción de los vehículos de lujo el embajador nicaragüense, Harold Rivas Reyes, “quien usando varios artificios, evadió el pago de impuestos correspondientes, investigación de la cual seguimos esperando un resultado definitivo”.

En un escrito que hizo llegar hasta la mesa de Redacción de este medio, nuestra fuente agregó:

"No sé que ocurrió en ese lapso, pero el rol que lo estuvo destacando desapareció para siempre, dejándonos solamente  un sinsabor preocupante y hasta llamativo por los rumores de dádivas que llenan dicho ambiente".

Ese papel de “Shakira” (ciego, sordo y mudo), se evidenció aún más cuando con gran ruido su excelentísimo embajador anunció que en octubre iniciarían la traída de documentos que los nicaragüenses necesitan para regularizar su situación migratoria.

Fue toda una noticia, hasta de “última hora”… pero llegó la fecha y ha pasado más de un mes sin conocerse el por qué el corresponsal no le dio seguimiento, y, peor aún, que no se haya explicado nada sobre el incumpliendo… ¿por qué no informarlo de última hora también? ¿o es que eso no interesaba tanto como poner al representante de Ortega en primera plana con una mentira más a los nicaragüenses en Costa Rica?

Quienes estamos al tanto de lo que ocurre en nuestra comunidad desplazada por necesidad, sentimos ese vacío de periodístico, pues somos asiduos devoradores de las informaciones que surgen de los representantes de los medios nicaragüenses.

Por ello también hemos observado como a través de diversas fuentes informativas de credibilidad incuestionable, que a ese rol pasivo y oficialismo disfrazado, se le ha adicionado la corresponsalía de El Nuevo Diario.

Cómo podemos dejar de cuestionar el papel de Sixto Valladares cuando él mismo se deja manipular y asesorar de “su competencia” de La Prensa.

Más de una persona de probada credibilidad en la comunidad (fuentes) ha visto a estos dos muchachos, sin títulos periodísticos, abordar las notas en el mismo computador y hacerse las correcciones pertinentes para que no se evidencie mucha similitud en la redacción de sus respectivas notas, que en realidad es una sola.

Para quienes andamos tras las noticias, también nos es llamativo cómo el corresponsal de END puede monitorear noticias por la mañana si tiene sus compromisos laborales en radio Managua y más allá de eso, no se le ve en las actividades. ¿Será un genio a control remoto?

Si miento, estoy dispuesto a aceptar un reto: Que redacte en mi presencia una nota periodística o que me entreviste, solo le recuerdo que no es lo mismo hacer locución que escribir para un prestigioso medio como es END.

Igual reto al corresponsal de LP, a que niegue, que de su cuenta de correo electrónico han salido notas a su competencia, que luego éste las “trabaja” para reenviarla al END. Igual lo reto a que desmienta su “compañerismo” con el embajador Rivas Reyes. Son muchos secretos a voces que están en vox populi de la comunidad nicaragüense en Costa Rica, que nos imaginamos sus editores no se dan cuenta o se hacen “los suecos”.

Este escrito, solo es con el interés de poner de conocimiento algunas facetas de cómo estamos los nicaragüenses con las coberturas periodísticas; es con el sano juicio de  que obtengamos lo que nos han heredado nuestros ilustres próceres del periodismo pinolero.

Sin faltar a la verdad, ni irrespetar el rol que estos dos medios tan prestigiosos realizan, solo nos queda por concluir que depositamos nuestros votos de confianza en que los emisarios de los medios nicaragüenses nos respeten al darnos el verdadero periodismo y uno que más que informarnos nos deja con la hiel en la boca… oficialismo”.

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