En un contexto de crisis mundial y de aumento del déficit fiscal en Costa Rica, quisiera referirme con gran tristeza e indignación a la decisión de la bancada del Partido Liberación Nacional de impulsar como prioridad un proyecto que pretende aumentar en un 90% el salario de los “padres” y de las “madres” de la patria. Cabe destacar que solo el Partido Acción Ciudadana y el Frente Amplio han rechazado este proyecto desde el inicio, lo que deja muy mal parados al resto de partidos de la oposición.

Y es que parece que a estos “padres” y a estas “madres” se les olvidó que una gran parte de sus hijos e hijas no puede ni siquiera satisfacer sus necesidades básicas como una buena alimentación y una vivienda digna. Según el Estado de la Nación (editorial LN 06/01/10) el salario mínimo legal durante el 2009 fue de ¢156.000 y 600 000 trabajadores tuvieron un ingreso promedio de ¢116. 000. Aun así, nuestros diputados desean devengar ¢4,7 millones al mes. Esto representa casi 30 veces más de lo que reciben los trabajadores más humildes cuyos derechos son respetados y casi 40 veces, el monto promedio devengado, por aquellos que no han podido acceder al mínimo salarial. ¿Quiénes son entonces los que merecen una dignificación de sus salarios?

En otros países las cosas no son así. Por ejemplo en Francia, los diputados y senadores ganan alrededor de seis salarios mínimos y en España reciben aproximadamente 8 salarios mínimos. Esto representa sumas cercanas a los $10 000 en ambos casos, en sociedades con un costo de la vida mayor que el de la nuestra. En el Reino Unido y en España, en el contexto de la crisis actual, se están ejecutando importantes rebajas de salarios en altos funcionarios y representantes políticos. Mientras tanto nuestros diputados ignoran la coyuntura económica internacional y quieren tener un salario de legislador europeo, puesto que ¢4,7 millones al tipo de cambio de hoy son unos $9.200 dólares.

Pensándolo en estos términos me parece esencial plantear la siguiente interrogante: ¿Cuántos salarios mínimos merece ganar un(a) diputado(a)?

No me aventuraría a responder esta pregunta, sin embargo, me permito proponer que el referente para calcular el salario de los diputados no sea el salario de la Contralora de la República, sino más bien el salario mínimo legal. Si la discusión se diera en estos términos, podríamos saber cuál es el grado de desigualdad salarial que nuestros diputados consideran aceptable; desenmascararíamos sus rostros sonrientes para ponerlos frente a frente con las realidades del pueblo que pretenden representar. Piénselo bien, si lo(a)s diputado(a)s ganaran un número determinado de salarios mínimos, ¡tal vez hasta tendrían interés en subirles el salario a los trabajadores más necesitados!

Desgraciadamente lo(a)s diputado(a)s del PLN, el ML, el PUSC (algunos “se arrepintieron”), Renovación Costarricense y Restauración Nacional (el PASE cedió a la presión popular) han decidido burlarse de los más humildes y legislar en su propio interés. Pareciera que no viven en el mismo país que la mayoría de los costarricenses y que están dispuestos a aceptar niveles de desigualdad que amenazan seriamente la paz y la justicia social en Costa Rica.

Señore(a)s diputado(a)s recuerden que la fuerza de un grupo se mide por la fortaleza del más débil y no por la grandeza del más fuerte. Partiendo de esa premisa, su deber es legislar a favor de los trabajadores más humildes de nuestro país, quienes sí merecen una dignificación de sus salarios y de sus condiciones de vida. Basta ya de falsas promesas, de hipócritas discursos y de enriquecimiento a costa del pueblo. En el actual momento de crisis Costa Rica necesita una Asamblea Legislativa valiente y honesta, y no un grupo de oportunistas dispuestos a gastar su capital político en una reforma que solo los beneficia a ellos mismos.