Managua.-¿Qué fue exactamente lo que dijo el Presidente Daniel Ortega ante una atónita audiencia de empresarios?, ¿Lo dijo en serio?, ¿Lo dijo en broma?, ¿Fue un tanteo para ver la reacción del auditorio mientras prepara el golpe a la Corte Suprema de Justicia?

Sea lo que hayan sido sus intenciones, al Presidente Daniel Ortega le salió el tiro por la culata. No hubo una sola institución, líderes políticos, empresariales, sociales o el ciudadano de la calle, que aceptara o aplaudiera su propuesta de disolver el Parlamento e instalar un Consejo de Estado.

Ortega insinuó, en el encabezado de su extenso discurso ante la dirigencia del COSEP y sus asesores, cierto tono bromista, nada conocido hasta hoy en este tipo de foros. Primero, se hizo el gracioso con Rosario Murillo, su esposa, a la que llamó la primera ministra de su gobierno.

“Buenas noches, hermanos nicaragüenses, hermanos y hermanas del COSEP, Consejo Superior de la Empresa Privada; con Rosario, que es la que ejerce las funciones ad hoc de Primer Ministro, ella es la Primer Ministro aquí en el Gobierno…” expresó al comenzar sus saludos.

Murillo no sonrió, y guardó la compostura.

La declaración que encendió las alarmas de los presentes y que muy pocos acompañaron con risas o aplausos, criticada además de forma generalizada por todos los sectores, es la siguiente:

“¿Qué es lo que resuelve este problema? Lo resuelven los partidos políticos que tienen diputados en la Asamblea Nacional... ¡no hay otra forma! Lo otro sería ir a posiciones de fuerza, que no cabe la posición de fuerza. Por ejemplo, podríamos decir: Disuélvase la Asamblea Nacional y que ocupen escaños los delegados del COSEP, delegados de la UNAG, de los estudiantes, delegados de la sociedad civil, y elijan ustedes. Esa podría ser una salida, pero ¡imagínense lo que pasaría en esos momentos, si dicto esa salida, si me voy por esa salida! Sería una hecatombe aquí, un alboroto, ¡qué barbaridad, la dictadura!, dirían”.

“Sería una salida, que todos los que tienen posiciones que no coinciden con la de los partidos políticos que están en la Asamblea, ocupen escaños ahí. Que tengamos de nuevo un Consejo de Estado como el que tuvimos recién el triunfo de la revolución, donde estaba la empresa privada, estaban todos los sectores ahí”.

“Eso lo podríamos reeditar, si ustedes me dicen que lo reeditemos, yo voy y lo reedito. Si el COSEP me da el respaldo, yo lo reedito. Ya disuelvo la Asamblea Nacional y vamos a ocupar la Asamblea Nacional, y vamos a elegir. Pero ustedes tienen la palabra, mientras tanto, no me queda más que ir ahí, conversando con ellos, para ver cómo llegamos a un acuerdo”.

Las reacciones
Las reacciones fueron diversas. Los más importantes cabezas de los partidos de la oposición designaron a sus voceros para responder con declaraciones contundentes.

La empresa privada, a través de José Adán Aguerri, Presidente del COSEP, se remitió a la autonomía del sector en el campo político y a la campaña de anuncios publicitarios en que llaman a los diputados a escoger a un “árbitro imparcial”.

“Nosotros, como sector privado, estamos demandando la primacía de la Constitución política, de la que somos respetuosos, y esto es básicamente el elemento que tenemos que responder en relación a ese comentario (sobre disolver la Asamblea) que hizo el Presidente Ortega”, dijo Aguerri.

“Hay que entender que la respuesta y la solución sobre la elección de los altos cargos “está en manos de los partidos políticos y esperamos que así sea”, subrayó.

El Partido Liberal Constitucionalista (PLC) dijo por medio de su vocería: “Si se establece un Consejo de Estado obviamente el país volvería a una dictadura como en los años 80, cuando gobernaron los sandinistas, se destruiría el país y comenzarían las persecuciones, cárcel, torturas y asesinatos políticos”.

El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Baez, dijo que espera que la propuesta de disolver el Parlamento que Ortega hizo ante los empresarios “sea una broma”.

“Yo quiero pensar que son de esas cosas que a veces se dicen por llenar un vacío en un discurso. En todo caso es una cosa muy seria y venida del señor Presidente hay que tomarlo en serio. No quiero pensar que es una amenaza o propuesta seria para solucionar la crisis de Nicaragua. Quiero seguir creyendo en un buen futuro para Nicaragua. La Conferencia Episcopal ha insistido en la separación de los Poderes del Estado.”

En cuanto al diputado conservador Alejandro Bolaños, monseñor Báez comentó: “Creo que un diputado honesto no llega a la Asamblea a que le restituyan lo que no le han pagado. Si la conciencia de los políticos se ve ofuscada por ansias de poder, el futuro de Nicaragua no tiene salida”.

El diputado liberal José Pallais, Presidente de la Comisión de Justicia, anotó que lo dicho por Ortega “expresa la visión totalitaria del país, gobernar solo, controlándolo todo. Todos los demás poderes sometidos a él y quisieran él un gobierno con una Asamblea corporativa, como lo hizo Mussolini”.

Lamentó que estuviera “manipulando a los sectores, a las corporaciones del país” y que “para mí es más en serio que en broma, porque atreverse a pedir al sector privado esto, ameritaba una respuesta del sector privado, porque no se puede hacer broma con la institucionalidad. Es una broma de mal gusto, si acaso fue broma”.

El diputado sandinista Wálmaro Gutiérrez, Presidente de la comisión Económica, intentó suavizar el debate diciendo que “esas expresiones se dieron en el contexto de que en este país quienes toman la decisión de elección son los diputados que provienen de partidos políticos y es lo que dice la Constitución. Si ahora es la lógica que ahora sean otros sectores, el Presidente está abierto”. Y acotó que “desgraciadamente las palabras salen de contexto”.

Para el miembro de la Dirección Nacional del FSLN Henry Ruiz Hernández  - M.R.S.  “no hay que dejar a la broma y la ironía” lo dicho por Ortega. “En caricatura usted a veces dice las cosas para tantear el terreno, detrás de esas expresiones están tanteando las alternativas para poder reelegirse”.

Y ofreció un consejo: “Las cámaras gremiales deberían tomar nota de esto: la política y la economía están íntimamente relacionadas. Aquí hay dos políticas económicas: la que apoya a ellos (los empresarios) y la otra populista con el apoyo de los fondos de Venezuela”.