La inversión del sector textil en el país aún no tendrá tiempos de bonanza. Por lo menos no es lo que se espera para 2011, expresa La Cámara de Industria Textil y Confección (CAMTEX). La industria no vaticina, en el caso salvadoreño, atracción de inversión este año. Esta tendencia contrasta con los vientos que soplan para sus competidores más cercanos: Honduras y Nicaragua.

Edwin Zamora, ex presidente de la gremial a partir de esta semana, explicó, antes de retirarse de su cargo, que las empresas continuarán “cautelosas” durante 2011, debido a que El Salvador no está volviéndose atractivo para los inversionistas.

Patricia Figueroa, directora ejecutiva de CAMTEX, expone que los países centroamericanos mencionados cautivaron la inversión durante 2010, y hay empresas que tienen promesa de inversión a ejecutarse este año. En el caso hondureño, por ejemplo, a principios de enero Canadá, mediante su embajador en ese país, advirtió el interés de invertir cerca de $700 millones en la industria textil y la minería.

El eslabón perdido para atraer la inversión está ligado a “las reglas salvadoreñas”, expone CAMTEX. La modernización o flexibilidad laboral y la eliminación de la figura de zonas francas en 2015 son parte de ese eslabón que frena el crecimiento, considera la gremial.

El año pasado, la industria textil sostuvo un fuerte debate mediático y con el Gobierno para lograr la aprobación de un esquema de flexibilidad laboral, de esa manera poder absorber la producción de Haití, que dejó de producir tras sufrir un devastador terremoto, y generar cerca de 11,800 nuevos empleos.

Se entabló una mesa de diálogo en la que intervino la Secretaría Técnica e incluyó a los sindicatos de la industria textil para deliberar si aprobar o no jornadas de trabajo de 12 horas tres días a la semana. La iniciativa quedó en punto muerto. Al consultarle al viceministro de Trabajo, Calixto Mejía, a casi cuatro meses después de iniciado el diálogo– responde que “no se ha llegado a nada”. El funcionario manifiesta que aprobar la flexibilidad laboral implica ir en contra de la Constitución, la cual establece jornadas de ocho horas diarias. Agrega que el país cuenta con reglas claras y que con ellas se está atrayendo la inversión. Los empleos ya fueron absorbidos por Nicaragua y Honduras, manifestó CAMTEX.