El Cairo.- La oposición egipcia sigue firme en conseguir la dimisión del presidente egipcio Hosni Mubarak después de la manifestación de la víspera en la Plaza Tahrir, considerada por medios locales como la más numerosa en los últimos 16 días.

Los medios cifran la acumulación de personas en torno al millón, y aseguran que hubo más participantes que en la del pasado miércoles a raíz de la cual estallaron los violentos enfrentamientos entre partidarios del régimen y de la oposición.

Este miércoles, décimo sexta jornada desde que se iniciaron las manifestaciones, hay prevista otra multitudinaria concentración.

En tanto, el vicepresidente Omar Suleiman advirtió en las últimas horas que no permitirán que las manifestaciones en la Plaza Tahrir duren más tiempo.

"El país no puede soportar más las manifestaciones en la Plaza Tahrir", afirmó el nuevo hombre fuerte de Egipto en un encuentro con renombrados periodistas egipcios, a los que expresó su determinación en poner fin a las protestas callejeras.

En la reunión alertó que la alternativa a la transición es un "golpe de Estado", en la que habrá "decisiones rápidas e irresponsables" que sólo añadirán caos a una situación ya delicada.

"No queremos llegar a esa situación para defender a Egipto", declaró.

Se trata de la primera vez que una alta personalidad del régimen advierte a los manifestantes, pese al anuncio paralelo de su plan Hoja de Ruta con un detallado calendario para la transición.

Destacó que entre las reformas aprobadas últimamente esta la de una nueva comisión que reforme la constitución y elimine las leyes que son consideradas antidemocráticas.

Mubarak y Suleiman se ven impotentes ante una revuelva que no sólo no se reduce sino que se multiplica, y que se vio fortalecida además por recientes informes aparecidos en Wikileaks de los que se desprende que el hijo del presidente, Gamal Mubarak, iba camino de la presidencia.

En otro orden de cosas, el movimiento opositor Kifia ha pedido a la fiscalía egipcia que investigue las cuentas del presidente egipcio y de toda su familia, y que congele sus cuentas hasta esclarecer la procedencia de una supuesta fortuna valorada en 40 mil millones de dólares.

Además, la rama iraquí del grupo Al Qaeda se sumó a la revuelta amenazando con una guerra santa contra Mubarak para establecer un Estado islámico en Egipto.

En el comunicado del Estado Islámico de Irak (EII), publicado en los foros yihadistas, se afirma que "el mercado de la yihad" ha abierto en Egipto y "las puertas están abiertas a los mártires". Ofrecen a los manifestantes siete consejos para fomentar la violencia y la organización de células en este país.