A las marchas asistieron artistas, periodistas, sindicalistas y otros ciudadanos. “Italia no es un burdel”, decía otro de los carteles, una frase que se ha vuelto ya una constante en las manifestaciones contra Il Cavaliere.

“Basta ya de corrupción. Contra la ‘pornocracia’”, fue el lema de las protestas, que contaron con una menor participación que otras realizadas en las últimas semanas.

En Milán, sede de las investigaciones y procesos judiciales contra Berlusconi, unos 200 manifestantes se congregaron en un primer momento en la Plaza Fontana para después marchar ante la sede del Palacio de Justicia de la ciudad, donde se custodian los documentos del caso Ruby, por el que la Fiscalía solicitó el miércoles el juicio inmediato al primer ministro.

Ruby es el alias de la joven bailarina marroquí que acudió a las fiestas de Berlusconi, en las que habría sostenido relaciones con él, siendo ella una menor. El premier es acusado de abuso de poder y de haber favorecido la prostitución con menores.

Otras manifestaciones tuvieron lugar también en ciudades como Cagliari, en la isla de Cerdeña, Bolonia, en el centro, Nápoles, en el sur y Venecia y Turín, en el norte.

Las concentraciones del Pueblo Violeta fueron contestadas desde el Teatro Dal Verme de Milán por parte de un grupo de seguidores del jefe del Ejecutivo, en un acto convocado por el director de uno de sus periódicos afines, Il Foglio, Giuliano Ferrara, quien dispuso un escenario con ropa interior tendida para simbolizar la exposición de las intimidades de Berlusconi por el caso Ruby.

“A la Fiscalía de Milán le imputo, en términos políticos, que se mueve para llevar a cabo un golpe moral”, dijo Ferrara en un acto que atrajo más la atención de los medios que las marchas del Pueblo Violeta y que contó con la presencia del ministro de Defensa, Ignazio La Russa.

Los italianos volverán hoy a tomar las calles, en una serie de protestas organizadas mayormente por mujeres, que consideran que el primer ministro lastimó su dignidad.

También se oponen a lo que consideran las representaciones indecentes de las mujeres en diarios, publicidades y televisión. Las manifestaciones se centrarán en Roma y Milán.