“Es necesario tener mucho cuidado porque la lucha contra los medicamentos falsificados se puede tomar y llevarlo al extremo de hacer una lucha de propiedad intelectual que podría afectar a los medicamentos genéricos”, dijo la doctora Luque.

Aclaró que el caso de los medicamentos falsificados debe enfocarse en la protección del derecho fundamental a la salud, pero esto no se puede llevar al extremo de que se confunda la protección de una marca con la protección de un medicamento falsificado que realmente puede causar daño a la salud.
Para evitar este tipo de errores o desvíos los representantes farmacéuticos nacionales recomiendan apegarse a los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud, OMS, para la generación de nueva legislación en esta materia.

Recomendaciones al proyecto

En cuanto al proyecto en sí, la doctora Luque hizo una serie de especificaciones sobre algunos aspectos que se deben corregir.

Puso como ejemplo que la propuesta habla de regular la “comercialización” de este tipo de productos, pero el primer paso para cometer un ilícito se da a la hora de fabricarlo ya que muchas veces el que lo comercializa no es el que lo fabrica.

Mostraron su preocupación por el cambio que se propone en el término de “droguería” —distribuidor de los productos médicos a las farmacias— a quienes se les daría la potestad de que puedan vender medicinas directamente al público.

Por su parte la doctora Monge solicitó a los legisladores que no introduzcan ningún cambio en la definición que se tiene de “medicamento” ya que en la propuesta de ley se ponen como sinónimos “medicamento” y “producto farmacéutico”, lo que en la realidad no es así.
“En nuestro país los productos naturales se venden a la libre y están contemplados como productos farmacéuticos pero muchos de ellos no lo son ni cumplen con todos los requisitos que requiere para ese fin”, especificó la especialista.

Otro punto en el que los visitantes manifestaron dudas tiene que ver con los medicamentos de libre venta —no requieren receta médica— los cuales se venden en cualquier establecimiento comercial.

“Aquí se está presentando una situación muy vulnerable” —agregó el abogado Madrigal— porque en cualquier lugar que se les pueda ocurrir, chinamos, pulperías, cantinas, etc., se pueden comprar medicamentos, por lo que el Colegio ha insistido ante el Ministerio de Salud en el sentido que haya mayores regulaciones para que su venta no sea tan indiscriminada”.