"No podemos permitir que funcionarios públicos, que juraron cumplir la ley, envenenen a los habitantes", acusó Confraternidad al criticar la poca acción de autoridades de AyA y del Ministerio de Salud.

"¿Dónde está la Ministra de Salud? ¿Dónde está la presidenta Laura Chinchilla?", reclama Confraternidad al exhortar a las autoridades a buscar de inmediato una solución al problema.

En un informe enviado en enero anterior por el presidente Ejecutivo de AyA, Oscar Núñez, a la ministra de Salud, María Luisa Ávila, le informa que el Laboratorio Nacional de Aguas detectó en Cañas la contaminación del agua en 24 y hasta 26 ug/L (microgramos por litro) de arsénico en el agua.

Recordó que la Organización Mundial de la Salud (OMS), permite un mínimo de 10 ug/L, ya que considera que un porcentaje mayor es perjudicial para la salud humana.

Sin embargo, Núñez destaca que lograron reducir en algunos sitios a 14 y 11 ug/L, y defiende que el arsénico es de origen natural y volcánico como ocurre en los acueductos del norteño Departamento de Matagalpa, en Nicaragua.

El funcionario, tras informar que se están tomando las acciones correctivas, defendió que las concentraciones de arsénico son inferiores a los parámetros permitidos en los Estados Unidos, China, Alemania, Argentina y Chile.

Sin embargo, para Confraternidad Guanacasteca, la contaminación de los pozos y el suministro de agua con arsénico demuestran que AyA "es una institución que le falla constantemente a los habitantes de Costa Rica. Vean la cantidad de quejas en su contra en la Defensoría. Vean la cantidad de Recursos de Amparo ante la Sala IV, donde sale condenado".

"Acordémonos de su actitud en el caso Sardinal. AyA nos receta propaganda todos los días, pero no cumple con sus funciones y obligaciones. Al AyA le sobra una A. Prácticamente no atiende el tema de alcantarillados. Más del 90 % de las aguas servidas del país, no reciben tratamiento alguno. Y ni siquiera hay un Plan Nacional para solucionar este problema, solo un parche aquí y un parche para el 2015 allá", recriminó.

"Pero, esto del arsénico, es imperdonable", sostiene Confraternidad Guanacasteca al recordar que "los ambientalistas no solo defendemos los bosques y los pajaritos. Salimos también a defender la vida de los seres humanos".

Tras hacer un llamado a AyA para que cumpla con sus deberes de suministrar agua potable, sin contaminación para consumo humano, propuso que "para obtener una respuesta rápida, debamos invocar a los turistas y otros extranjeros que también son envenenados".

Consideró también que "es imperdonable que este problema, no lo dieran a conocer al público. Que no actuaran, antes de que los vecinos de Cañas los presionaran. Que aún no actúen en El Jobo. Claro, para ellos no es URGENTE".

De acuerdo con la organización ambientalista "el envenenamiento con arsénico en esas proporciones se transformará en cáncer, sólo dentro de 1 ó 5 ó 10 años".

"Deberíamos ordenar que, a Oscar Núñez, Presidente Ejecutivo; a Eduardo Lezama, Gerente; a María Luisa Ávila, ministra de Salud y a Laura Chinchilla se les diera de beber todos los días, sólo agua de AyA de Cañas, contaminada con arsénico. Para que den el ejemplo. Para ver si aguantan. Para ver si esa agua esta buena para ellos y sus familiares", propuso Confraternidad.

"Exigimos agua potable, sin arsénico para todo Guanacaste. Creemos que no es mucho pedir", concluye Confraternidad Guanacasteca en su denuncia, que además aporta los documentos mencionados en esta nota.

Efectos potenciales de salud

De acuerdo con la literatura, estudios resumidos en un reporte reciente por del consejo de investigación nacional de Argentina demuestran evidencias predominantes que el ingerir Arsénico por un largo tiempo aumenta el riesgo de cáncer de la piel, vejiga, pulmones, riñón, hígado y próstata. Efectos no cancerosos por ingerir arsénicos pueden incluir problemas cardiovasculares, pulmonares y inmunológicos, neurológicos y problemas endocrinales tales como la diabetes.

Branislav Petrusevski, del Instituto UNESCO-IHE, sostiene que "investigaciones médicas recientes muestran que una exposición prolongada al arsénico, aunque sea a niveles muy bajos de concentración, puede provocar cánceres y otros efectos nocivos en la salud humana".