acuerdos petroleros e inversiones en empresas europeas y estadounidenses. Y además tuvo un rol clave en la contención de la inmigración africana al Viejo Continente: de hecho, ahora advierte que Europa podría llenarse de inmigrantes que huyen de la miseria si cae su régimen.

"Europa depende de Libia para parar la inmigración ilegal de millones y millones de negros que podrían llegar al Mediterráneo", advirtió Gaddafi, y agregó que su país es "un socio importante en la lucha contra Al Qaeda".

Embargos millonarios. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó una resolución que impone sanciones a Libia debido a la violenta represión de Gaddafi contra los rebeldes. El principal organismo de la ONU dispuso un embargo a la venta de armas a Trípoli, bloqueó los activos de Gaddafi, sus familiares y allegados (por más de 30.000 millones de dólares), y les prohibió viajar al exterior. Siguiendo esta resolución, muchos países congelaron las cuentas, aunque no está claro si son de Libia o del propio Gaddafi.

El presidente venezolano Hugo Chávez arrojó una de sus bombas la semana pasada, cuando deslizó la hipótesis de que los gobiernos de Occidente estarían detrás de las millonarias reservas monetarias de Libia. Y de las petrolíferas: Libia es el noveno país del mundo en ese rubro. "Hipótesis, pero son elementos que forman parte de esta realidad", aclaró el bolivariano.

"Esto no se trata sólo de petróleo. Anuncian que congelan las cuentas de Gaddafi ¿Serán las de Gaddafi o serán las de Libia? Que respondan los que tengan que responder", enfatizó. Y agregó: "Me consta que gobiernos europeos están en una crisis, pero tratan de minimizarla, al igual que EE.UU."

Chávez recordó que el rey Juan Carlos de España; el premier italiano, Silvio Berlusconi, y el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, fueron a Libia a entrevistarse con Gaddafi. "¿Y saben qué andaban buscando ellos? Dinero, inversiones, que depositen parte de las reservas de Libia en los bancos europeos. Hay gobiernos que se frotan las manos por cinco mil de esos 200 mil millones de dólares ", dijo Chávez. Y acotó: "Imagínense lo que les habrá dicho el Imperio: 'Ahí están las cuentas, congélenlas'. Es posible que alguno diga 'con esto resuelvo la crisis que tengo aquí'".

Millones y cautela. Países como Austria, Alemania, Canadá y Suiza ya congelaron las cuentas que tenían Gaddafi y sus familiares en esos países, aunque hay otras naciones que todavía no tomaron la decisión porque podría ser contraproducente, hay muchas empresas nacionales que tienen participación de inversiones libias.

Las inversiones libias en Europa suman los 340.000 millones de dólares. Y algunos expertos piden prudencia a la Unión Europea, para no correr el riesgo de que algunas naciones árabes retiren sus inversiones del bloque regional, ante el temor de que se produzcan revueltas en sus países y sus inversiones también sean embargadas.

Luego de la resolución de la ONU, Estados Unidos congeló fondos libios por 30.000 millones de dólares, aunque sin especificar de qué inversiones se trata. Es que las participaciones libias alcanzan a empresas como Exxon, Chevron, Pfizer, Xerox y hasta a dos grupos que trabajan en el Pentágono: Halliburton (sociedad de infraestructuras petrolíferas dirigida en los '90 por el ex vicepresidente Dick Cheney) y Honeywell (aeroespacial).

Los intereses libios en Italia también son multimillonarios y de los más variados. En 1977, el país del norte de África acudió al rescate de la Fiat y compró el 15% de sus acciones, aunque luego de un vendaval de críticas su participación bajó a menos del 2%. Los negocios llegaron además al fútbol: el capital libio tiene el 7,5% de las acciones de la Juventus, uno de los principales clubes italianos. Incluso un hijo de Gaddafi jugó ahí y formó parte del cuerpo técnico.

La compañía de gas y petróleo ENI, la mayor de Italia, tiene proyectos de inversión por 25.000 millones de euros en Libia; la mayor constructora italiana, Impregilo, tiene contratos por 5.000 millones; y el banco central libio tiene acciones del grupo bancario italiano Unicredit.

Los negocios de Gaddafi y de los fondos libios en Europa alcanzan también al mundo del espectáculo. Es que el líder norafricano compró, mediante la sociedad maltesa Lafi Trade, controlada por el fondo Lybian Investmen Authority (LIA), el 10% de Quinta Comunications, sociedad en la que Fininvest de Silvio Berlusconi retiene el 22% a través de la compañía luxemburguesa Trefinance.

Un decreto del Tesoro de Gran Bretaña pidió congelar los bienes del dictador, pero no todos lo han hecho. Pearson, la sociedad editora del prestigioso "The Financial Times", es hasta ahora el único grupo que hizo público el embargo de la cuota libia, de 3,2%. Pero también hay participaciones de fondos libios en Royal Dutch Shell, en la banca Standard Chartered, en Vodafone y en British Petroleum, que tiene concesiones petrolíferas e inversiones superiores a los 1.000 millones de euros en Libia.

Uno de los países que ya congeló los fondos libios es Austria, donde había depósitos de ese origen por 1.200 millones de euros, aunque todavía se desconoce si pertenecen a la familia Gaddafi y a sus allegados.

Por su parte, Alemania congeló una cuenta bancaria por dos millones de euros que estaba a nombre de uno de los hijos de Gaddafi. Y Canadá bloqueó otra cuenta de 2.000 millones de dólares que había abierto Gaddafi luego de una visita a Trípoli del ex premier canadiense Paul Martin, en 2004.

Suiza también ordenó el congelamiento de depósitos de Gaddafi, aunque se desconoce si el dictador todavía tiene dinero en ese país, ya que retiró varios miles de millones de dólares de bancos herlvéticos luego de que, en 2008, un hijo suyo fuera arrestado en Ginebra acusado de agredir a dos empleados marroquíes en un hotel de lujo.

Haz lo que yo digo. La Unión Europea también decretó un embargo de armas contra Libia, en medio del recrudecimiento de la violencia y los ataques contra la población que se rebeló contra el régimen. Pero a pesar de que ahora se rasgan las vestiduras y toman medidas para frenar una violencia descontrolada, fueron los propios países europeos los que proveyeron de armas a Gaddafi hasta último momento.

Según datos del gobierno estadounidense, Europa fue el principal proveedor de armas de Libia en los últimos años. Aunque la Administración Obama no puede jactarse de su neutralidad en el tema, e incluso políticos y funcionarios norteamericanos pretenden ahora que su país suministre armas a los rebeldes para que puedan resistir los ataques de Gaddafi (Ver recuadro).

En 1998, la ONU impuso un embargo comercial y aéreo a Libia ante la negativa de Trípoli a entregar a los autores del atentado contra un Boeing sobre la localidad escocesa de Lockerbie, en el que murieron 270 personas.

Pero en 2003 Gaddafi consiguió el indulto internacional luego de aceptar la responsabilidad de su Gobierno en el atentado y de comprometerse a pagar indemnizaciones a las familias de las víctimas. Para que la "reconciliación" con Occidente fuera completa, formalizó su presencia en la liga de la "lucha contra el terrorismo" de George W. Bush y ofreció suculentos contratos petrolíferos a las potencias.

En septiembre de ese mismo año, la ONU levantó el embargo sobre Libia a pesar de que Amnistía Internacional advertía desde los '90 que la situación de los derechos humanos en ese país era "desesperante".

Un año después, la Unión Europea desbloqueó los acuerdos y en 2006 Estados Unidos sacó al país norafricano de la lista de los países terroristas. Tentados por los millonarios negocios petroleros y la potencial venta de armas, los países del "primer mundo" iniciaron una carrera por proveer al régimen de Gaddafi, que por entonces les resultaba amigable.

Así, entre 2006 y 2009, los países europeos le vendieron a Gaddafi armamento por 1.400 millones de dólares. Sólo en 2009, la Unión Europea concedió licencias para exportar hasta 343 millones de euros en armas al régimen libio (unos 470 millones de dólares).

Los países que encabezaron la lista fueron Italia, Malta (claramente un
intermediario), Alemania, Francia y el Reino Unido.

El gobierno de Silvio Berlusconi concedió licencias para exportar aviones caza, aeronaves de asalto y material asociado por 107 millones de euros. La mayor parte de las ventas correspondió a aviones y helicópteros, por ejemplo de la firma Alenia. Pero los negocios entre Gaddafi y Berlusconi van más allá. Italia y su ex colonia firmaron un tratado de amistad en 2008 que reforzó considerablemente los lazos económicos, convirtiendo al país europeo en el primer socio comercial de Libia.

Un informe del Instituto de Investigaciones para la Paz de Estocolmo (SPRI) reveló que Gaddafi figura entre los accionistas de la octava empresa productora de armas en el mundo, la italiana Finmeccanica, a través de la Autoridad de Inversiones Libias.

De hecho, una de las compañías subsidiarias de Finmeccanica –que tiene más de 73.000 empleados y obtuvo ganancias por 997 millones de dólares en 2009- es la Libyan Italian Advanced Technology Co, que construye helicópteros en territorio libio.

En Bélgica y en España estallaron sendos escándalos cuando se conoció que esos países también contribuyeron a aumentar el arsenal libio.

"Armas belgas para reprimir a la población libia", tituló la semana pasada el periódico belga "Le Soir", que reveló que la empresa FN Herstal, de Valonia (la comunidad francófona del sur del país), vendió a Gaddafi un importante cargamento de armas en 2008 por un valor de seis millones de dólares.

Ruddy Demotte, primer ministro socialista de Valonia, afirmó –sin ruborizarse- que el contrato firmado con Libia "estipula expresamente que las armas (belgas) están destinadas al 32° batallón de las fuerzas de élite del Ejército libio en el marco de una misión de protección de los convoyes (libios) de ayuda humanitaria con destino a Darfur... Esas armas no están pensadas para ser usadas en Libia".

Pero el presidente de la Liga en Pro de los Derechos Humanos de Bélgica, Benoit Van der Meershen, advirtió que las armas ligeras como pistolas, fusiles y subfusiles "matan cada año a 500.000 personas en todo el mundo, y el 90% de ellas son civiles". "Libia no tenía necesidad alguna de recibir armas de FN Herstal: Gaddafi no las necesitaba", indicó a "Le Soir".

España no se queda atrás. Desde 2005 vendió armas a Libia por 10,7 millones de euros, según la Secretaría de Estado de Comercio española.
El Gobierno español suspendió ahora las licencias de exportaciones de armamento y material de defensa a Libia, pero durante años hizo millonarios negocios con el régimen que ahora lo horroriza. Es que según la Ley 53/2007, no puede venderse armas a países involucrados en cualquier tipo de enfrentamiento armado, o cuando haya constancia de que pueda vulnerar los derechos humanos.

En 2009, Libia fue el segundo destino de las ventas españolas de material de doble uso -civil o militar- en 2009, con 12,7 millones de euros, lo que representó un 12,8% del total.

En medio del aumento de la violencia en Libia, donde ya se registraron miles de muertos, Amnistía Internacional y otras organizaciones pidieron al gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que reexamine las ventas de armas a los países del norte de África y de Oriente Medio, jaqueados por las rebeliones populares y las violaciones a los derechos humanos.

"Dada la situación en Libia tan grave, lo primero que hay que hacer es parar todo envío inmediato de armamento a Libia, y lo segundo, que se revise en serio cada partida que va a esos países", reclamó el director de Amnistía España, Esteban Beltrán.

El Reino Unido también vendió armas a Bahrein, Argelia y Libia para reprimir los levantamientos populares.

El canciller británico William Hague intentó ensayar una excusa y dijo que "no había pruebas" de que las armas vendidas fueran utilizadas para reprimir a los manifestantes de ese emirato.

Pérdidas para Rusia. No obstante, el embargo a la venta de armas a Libia impuesto por el Consejo de Seguridad de la ONU será temporal, según confió Vitali Naumkin, director del Instituto de Estudios Orientales de la Academia de Ciencias de Rusia.

"Ahora se habla de posibles pérdidas de los contratos de venta de armas y material de guerra. A mi parecer, estas pérdidas sólo pueden ser de carácter temporal", aseveró Naumkin al intervenir en un coloquio de expertos dedicado a la situación en Oriente Medio. "Creo que a fin de cuentas habrá pérdidas a corto plazo, pero en cualquier caso se necesitarán armas allí, y ningún país se limitará sólo a proveedores occidentales, por lo que habrá lugar para Rusia seguro y volverán los contratos, aunque no sea hoy ni este año, en un futuro", argumentó.

En 2008, Rusia accedió a condonar a Libia una deuda de 4.500 millones de dólares a cambio de venderle armamento. Un año después, ambos gobiernos cerraron contratos para la modernización de armas de fabricación rusa.

Los contratos firmados hasta ahora ascienden a 2.100 millones de dólares, pero las sanciones aprobadas por la ONU suspendieron la cooperación técnico-militar y congelaron un contrato de venta de armas rusas a Libia firmado en enero pasado como parte de la condonación de la deuda libia por 1.800 millones de dólares.

En las últimas décadas, Occidente hizo millonarios negocios con Libia, complacido por la contención de Gaddafi al islamismo extremo y de la masiva inmigración africana hacia Europa, pero ignorando que en el país no se respetaban los más elementales derechos humanos de la población.

Cuando parece que el último y más antiguo régimen autocrático del Magreb está cerca de su final, Occidente tendrá en sus manos la posibilidad de repetir la historia o de reescribirla y darle la oportunidad de educación, desarrollo y acceso a un sistema democrático.