“Durante un largo tiempo ni siquiera supe dónde estaba, cuando se lo llevaron a EE. UU. Lo encerraron solo en un calabozo, sin que supiera que se encontraba en territorio estadounidense", cuenta Victoria.

“Si él infringió las leyes, entonces tráiganlo a Rusia para investigar el caso. Debe ser deportado a Rusia y de su caso deben ocuparse los funcionarios rusos. No entiendo por qué EE. UU. está involucrado en esto. Mi marido jamás en su vida estuvo en EE. UU. Nunca ha tenido visado de allí y estaba en un tercer país hasta el momento de su arresto”, opina la esposa del piloto. Además aseguró que los oficiales estadounidenses tratan de provocar a su marido para generar peleas, pero él intenta eludir estas situaciones.

El proceso empieza con la elección y aprobación de los jurados. Considerando el hecho de que Yaroshenko no se declaró culpable promete ser un juicio largo. Pese a que los abogados del piloto han denunciado varios casos de torturas a su cliente, la Fiscalía pide al tribunal que les prohíba mencionarlo para “no despertar piedad y simpatía hacia el detenido”.  

Yaroshenko, por su parte, cuenta que tiene varios problemas de salud, particularmente en el estómago, y se queja de que fue golpeado varias veces y hasta torturado durante su permanencia en la cárcel. Sin embargo le negaron una comida especial, asistencia médica y paseos al aire libre.

El caso de Yaroshenko es comparado con el de Víctor Bout, un empresario también ruso e igualmente arrestado por parte de Estados Unidos en el extranjero. Los agentes entraron en Tailandia en 2008, acusando a Bout de suministro ilegal de armas.