Monestel Contreras indicó que realizó esta nueva visita dados los comentarios negativos que han estado externando algunos colegas por el costo del proyecto “pero me he dado cuenta que es todo lo contrario, que es demasiado bueno”, aseguró.

“Lo he dicho en son de broma, pero en este país muchos esperaban que las casas de esta gente fueran como un “Hatillo 15”, casa de pared de por medio; en cambio aquí están totalmente separadas, individualizadas, accesibles, todo apegado a la Ley 7600”, especificó.

 “Lamentablemente algunos compañeros diputados agarraron la suma de 5 mil millones de colones y la dividieron entre 92 familias y por eso lo encuentran muy caro. Igual hacen con el terreno, cogen las 60 hectáreas y las dividen entre los beneficiarios y entonces hablan de casas de 100 millones de colones y con lotes de media hectárea, lo que no es cierto. En términos generales son casas pequeñas cuyo costo ronda entre los 17 y 27 millones de colones”.

Aclaró que otro de los puntos que aumentó los costos del proyecto fue que “se le dio vuelta a los planos arquitectónicos y para poder cumplir con la Ley 7600 se hizo necesario ampliar las calles y las aceras”.

El congresista aseguró que lo que se buscó fue que la comunidad de Cinchona, y sus ocupantes no se movieran del sector en donde se localizaban sus viviendas antes del sismo que los afectó.

En representante del PASE agregó que la principal ventaja de que se haya comprado una finca tan grande es que queda espacio suficiente para la construcción de más viviendas y de una serie de locales para instituciones que brindan servicios públicos.

Las 91 viviendas fueron ubicadas en una primera etapa de la Nueva Cinchona, donde además se levantará un CEN CINAI, una nueva escuela y locales comerciales.

“El resto de terreno que está quedando es para una segunda etapa, en la que se podrán construir nuevas casas, más negocios y que con el paso del tiempo, esta comunidad crezca y se desarrolle”, concluyó Monestel Contreras.