Por otra parte, la OTAN ha admitido que sus bombardeos mataron el pasado fin de semana a varios rebeldes libios por accidente, cuando estos mismos provocaron la respuesta de los aviones aliados con disparos al aire. “Hemos analizado el incidente y, con todo lo que sabemos ahora, la conclusión es que se trató de un desafortunado accidente”, confesó van Uhm, asegurando que las propias fuerzas de la oposición admitieron su responsabilidad en el suceso y decidieron trasladar a combatientes más experimentados a las primeras líneas del frente.

La aviación aliada bombardeó un convoy de los rebeldes que se trasladaba desde la ciudad de Brega durante la noche del viernes. Inicialmente los rebeldes declararon que fueron combatientes leales a Gaddafi los que se infiltraron en las filas rebeldes para abrir fuego antiaéreo y provocar así el bombardeo de la aviación de la OTAN.

Antes el régimen de Libia se mostró dispuesto a emprender conversaciones y a buscar una salida política al conflicto, pero sólo si Gaddafi continúa en el poder. El portavoz del régimen libio, Mussa Ibrahim, al presentarse ante los periodistas en rueda de prensa, anunció que el líder libio está abierto a cualquier reforma, siempre que él mismo esté dirigiéndola. Pero esta condición no satisface a la oposición libia, que tiene como primer y principal objetivo forzar la salida del actual líder.