Por otra parte, para apoyar las operaciones de la OTAN en Libia, el Ejército de Suecia envió ocho aviones militares para supervisar el cumplimiento de la zona de exclusión aérea. Se trata de la primera incursión militar en la que participan aviones suecos en los últimos 50 años. La última vez que el país escandinavo dispuso sus aviones de combate para una ofensiva fue a principios de los años sesenta, en una misión dirigida por la ONU en República Democrática de Congo.

Crece el descontento por la operación de la OTAN

En este ambiente continúa creciendo el descontento de los rebeldes por las acciones de la OTAN en Libia. Este jueves al menos cinco de ellos fallecieron y otros diez resultaron heridos en un ataque aéreo de la Alianza en las cercanías de Brega (este del país), donde continúan los combates entre los insurgentes y las tropas de Gaddafi. Algunas fuentes rebeldes dicen que el número de muertos podría llegar a 13. La propia OTAN aseguró que estaba investigando el caso.

El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, expresó en un comunicado su preocupación por la muerte de civiles en las ciudades de Misrata, Zintan y Brega y pidió poner fin a todos los ataques en contra de la población. Ban solicitó al Gobierno libio una vez más que cumpla la Resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU, que reclama el fin definitivo de la violencia y de los ataques contra los civiles. Este mes tres expertos de alto nivel de la ONU visitarán Libia para evaluar las posibles violaciones de los derechos humanos durante el conflicto militar.