El señor Gerente de Recope, don José León Desanti, replica a mi artículo sobre la inoperancia de tener una refinería para el consumo nacional, y dice que sí debe existir una refinería porque es “estratégica” para Costa Rica.

Para empezar, como ya lo dije, sin que el señor Gerente lo refutara, es inoperante porque una refinería de 60.000 barriles es mucho mas ineficiente que una grande, por lo que resulta más barato comprar productos terminados en el mercado internacional, producidos en grandes y eficientes refinerías. En cualquier orden de cosas, la producción en gran escala es más barata que en pequeña .

De modo que si no existe ni puede existir lo que se alega, la refinería no puede tener la cualidad de “estratégica”, porque lo inexistente no tiene cualidades, y es solo un fantasma, muy conveniente en este caso, ya que la palabra estratégica evoca al instinto de conservación y a necesidades básicas, y es por tanto una palabra muy importante para tirar cortinas de humo.

Comparación con productos terminados. En el momento muy puntual que cita el señor Gerente, y por circunstancias pasajeras, el diferencial de refinación pudo ser mayor, pero esa no es la normalidad en que el diferencial es mucho menor. Por ejemplo, el margen de ganancia en el primer trimestre del 2010 por refinación fue apenas de $1,32 en el caso de British Petroleum, el productor más grande los Estados Unidos, según sus datos publicados. Esta situación se repite en el caso de las demás petroleras y, en general, en el negocio petrolero mundial, ya que el negocio está estructurado de modo que la ganancia esté en la extracción y venta del petróleo, no en su refinación. De ahí que, si el costo de producir necesariamente es mayor en refinerías muy pequeñas, como la propuesta por Recope, y si lo que las grandes se ganan por barril es poco, no hay forma de que los productos terminados pudieran resultar más baratos para el consumidor costarricense.

Por eso grandes productores compran productos terminados en el mercado mundial, no solo México, como lo dice don José, sino Estados Unidos, Venezuela e Irán. De ahí que, aparte de la razón ya dicha de la imposibilidad a priori, Costa Rica, que ni siquiera es productor, pueda beneficiarse y resultarle estratégico tener una minirefinería, a un costo altísimo de $1.000 millones, según se ha publicado, que pagaríamos los consumidores, de ejecutarse este proyecto.

Por el contrario, tal como lo analiza el economista don Juan Antonio Rodríguez, en artículo publicado en La Prensa Libre, esa inversión de $1.000 millones significa un costo de $13,80 por barril, solo por gastos financieros y de depreciación, sin contar los de operación, mantenimiento y otros de la refinería, lo que tiraría por la nubes el precio de los productos terminados. Recope por su parte no ha dicho cuales serían sus costos totales de producción en la propuesta refinería. Pero evidentemente serían muy altos, y tales datos son necesarios para hacer cualquier comparación con la importación de productos terminados.

Mejores precios para el consumidor. De ahí que de nuevo la pregunta: ¿por qué Recope no se concentra en la importación de productos terminados, en competencia con otros importadores, si todo indica que esa es la forma de obtener mejores precios para el consumidor nacional? ¿por qué se abren otros monopolios y no éste de la importación y elaboración de productos hidrocarburados? ¿por qué se lanza a la libre competencia la importación y venta de frijoles, un producto esencial, aún más que los combustibles, y no éstos mismos? ¿no se debe invertir el razonamiento y partir de que precisamente, por ser ambos “estratégicos”, hay que buscar el mejor precio para el consumidor? Aún más crítico resulta el caso de los alimentos, ya que sin combustibles se puede sobrevivir, pero no sin comida.