“La imagen de Francia es realmente mala. Desde que creé esta página recibo mensajes de los tunecinos, egipcios, libios que se preguntan por qué los franceses bombardean a esta gente que ni siquiera conoce”, dice Pierre Victor.

Muchos ahora critican la postura francesa por su particular modo de tratar a los grupos étnicos. Aún están muy presentes las políticas llevadas a cabo el pasado año con los ciudadanos gitanos del país. Los disturbios en los suburbios parisinos, que mantuvieron en vilo durante semanas a las fuerzas de seguridad, así como las declaraciones del ministro del Interior, Claude Guéant, en las que calificó a los musulmanes como un problema, tampoco favorecen la imagen del gabinete presidencial.

“La sociedad francesa es blanca, masculina y rica. Para ellos cualquier otra persona es considerada infrahumana y debe ajustarse a su civilización”, dice el músico Saidou.

Antes lo primero que a uno se le ocurría a la hora de ir a Francia era el vino, la Torre Eiffel y una escena romántica. Pero en la actualidad hasta los más "valientes" se quedan estupefactos ante las medidas que es capaz de llevar a cabo el Gobierno francés.