La joven llegó a golpear a uno de los tres asaltantes y pidió a su amiga que avisara a su padre, quien hace poco le aconsejó esconderse e, incluso, cortar todo el contacto con él para no ser descubierta. Según indicó Rania, uno de los hombres le tapó la boca con la mano y la arrastró a un coche rojo con una pegatina de Bashar al-Assad.

Según varios testigos, que desafortunadamente no llegaron a anotar el número de la placa del coche, los hombres de unos 20 años de edad estaban armados. "Probablemente los jóvenes eran miembros de uno de los servicios de seguridad o de la milicia del partido Baaz", informó la prima de la mujer secuestrada. "Se desconoce el actual paradero de Amina y no está claro si está en una cárcel o en algún otro lugar de Damasco", agregó.

En varias redes sociales como Twitter y Facebook, los amigos y simpatizantes de Amina están reuniéndose en solidaridad para instar a todos a contactar con las embajadas estadounidenses, con periodistas y figuras públicas en sus países con el fin de ayudar a la joven activista.