“El Convenio marco para el control del tabaco, es el primero que logra impulsar la Organización Mundial de la Salud (OMS) esto a pesar de la dificultad que representa el producto que se pretende controlar, pero se hizo porque “el consumo de tabaco es la epidemia prevenible más grande que existe en el mundo”.
Así de claro lo afirmó el doctor Roberto Castro Córdoba, coordinador de la Red Nacional Anti tabaco; funcionario del Ministerio de Salud y profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Costa Rica, ante los miembros de la Comisión Permanente de Asuntos Sociales donde se le da trámite al expediente 17371 Control del tabaco y sus efectos nocivos en la salud.
De acuerdo con el doctor Castro la OMS impulsa este convenio “tratando de proteger a las generaciones presentes y futuras contra los efectos devastadores, las consecuencias sanitarias, sociales, ambientales y económicas del consumo y de la exposición al humo de tabaco proporcionando un marco para las medidas de control que habrán de aplicar los países para reducir de manera continua y sustancial la prevalencia del consumo de tabaco.
Castro hizo un resumen de los artículos más destacados en el Convenio como por ejemplo el relacionado con la protección contra la exposición al humo de tabaco; empaquetado y etiquetado de las cajetillas; así como la publicidad, promoción y patrocinio.
Otros temas que se regulan se relacionan con el comercio ilícito de productos de tabaco; las ventas a menores y por menores de edad; el apoyo a actividades alternativas económicamente viables, para los países productores de tabaco que se verían afectados por la disminución de la producción.
Según los datos en poder del doctor Castro Córdoba, en la actualidad, un total de 5.4 millones de personas mueren por año en todo el mundo, producto del consumo del tabaco.
Las estimaciones en poder de las autoridades correspondientes indican que para el año 2030, esa cifra aumentará hasta 8.3 millones de muertes anuales.
En el caso particular de nuestro país, 10 costarricenses mueren cada día por enfermedades asociadas con el consumo de cigarrillos, mientras que la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) invierte un promedio de 55 mil millones de colones anuales en la atención de dichos pacientes.
Regular vs prohibir
Por su parte el abogado constitucionalista Fabián Volio mostró a los legisladores la otra cara de la moneda; lo que se puede hacer o no en la ley, desde el punto de vista constitucional.
“El problema al que nos enfrentamos es distinguir entre regular y prohibir”, detalló el experto, quien agregó que “el tabaco es una sustancia lícita en Costa Rica, por ello es lícito y moral producirlo, distribuirlo y consumirlo. Desde esta óptica, las medidas de regulación aparecen como razonables y proporcionadas, mientras que no podría serlo llegar a una prohibición absoluta”.
Volio especificó a los congresistas que debe haber mucha clarificación de los conceptos que se incluyen en la ley porque de lo contrario la Sala Cuarta lo declarará inconstitucional.
Puso como ejemplo que el artículo 21 de la propuesta de ley se indica que “Se prohíbe a toda institución pública y a funcionarios públicos, aceptar cualquier clase de contribuciones de cualquier naturaleza: políticas, sociales, financieras, educativas, comunitarias o de otra clase, provenientes de la industria del tabaco o de quienes promueven sus intereses”. En este tema en particular Volio cuestionó ¿por qué se va a declarar como ilícito recibir dinero de una actividad lícita?
Gerardo Barboza, M.Ed.
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