El 17 de junio el Departamento de Estado reconoció que EE. UU. empieza a reforzar los contactos con los sirios que se pronuncian a favor de los cambios y luchan por sus derechos tanto en el interior, como fuera del país", según las palabras de la portavoz Victoria Nuland, que agregó que Estados Unidos “está interesado en apoyar esta lucha”.

Las protestas antigumernamentales comenzaron en marzo provocaron ya unas 1.200 muertes y obligaron a más de 10.000 personas a buscar refugio en el extranjero, según los últimos datos de la ONU.

El pasado viernes, 17 de junio, nueve personas murieron en los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes, según la televisión estatal, que precisa que una gran parte de las víctimas son agentes de seguridad. Las fuentes de la oposición denuncian la muerte de hasta 19 personas tras una jornada de manifestaciones en la capital, Damasco, y en las ciudades de Homs, Alepo, Deraa y otras localidades.

Nuland sostiene también que Estados Unidos "trabaja activamente con sus socios sobre la resolución de la ONU" buscando poner fin a este cruento conflicto.

La vocera recordó además que EE. UU. ya ha aplicado sanciones contra el presidente sirio Bashar al Asad y seis altos cargos de su gobierno. Las sanciones de la Unión Europea, por su parte, incluyen el embargo de armas.

La secretaria de Estado, Hillary Clinton, anunció que el país norteamericano está dispuesto a aumentar el aislamiento internacional del presidente Asad, en una entrevista al diario saudí Asharq Alawsat. “Siria está siendo dirigida hacia un nuevo orden político” por su propio pueblo, añadió.

Anteriormente los medios estadounidenses difundieron que Washington financia el desarrollo de sistemas clandestinos de Internet y telefonía móvil para ayudar a los grupos opositores a desestabilizar también a varias naciones, como Irán y Libia.