Por otro lado la institución religiosa no es la única que discute sobre la cuestión. Tambien hay algunos retractores que temen que convertir los establecimientos penitenciarios en un negocio pueda incentivar las detenciones de personas.

Hoy en día, Brasil es uno de los países con mayores problemas carcelarios del mundo. Según los datos de la ONU, acerca de 470.000 personas están condenadas en prisiones con una capacidad total de 300.000 reclusos.

Marcos Siqueira Moraes, representante de la Unidad de Sociedad Pública Privada del gobierno de Minas Gerais, defiende que las cárceles privadas podrían ayudar a paliar esta situación y además ofrecerían una mejor calidad de servicio a los presos. Estas nuevas iniciativas carcelarias podrían solucionar un problema histórico de Brasil: el alto nivel de criminalidad y corrupción adentro de los instituciones penitenciarias.

La tendecia de construir cárceles privadas apareció en los Estados Unidos en los años 80. Luego esta experiencia fue aprobada en algunos países europeos en la última década del siglo XX.