Ahora Nápoles no solo se sofocará bajo los montones de basura, sino con las llamas por los incendios provocados por sus habitantes como protesta por la falta de acciones de parte del Gobierno italiano. Las principales calles de la ciudad han sido bloqueadas por los desperdicios incendiados.

El presidente de Italia, Giorgio Napolitano, llamó al Gobierno a tomar medidas urgentes para solucionar la crisis de la basura que invade una de las ciudades más bonitas del país. En las calles se han acumulado 2.300 toneladas de escombros que amenazan la salud de la población pudriéndose bajo sol y el calor de 30 grados, según el alcalde Luigi de Magistris.

Los napolitanos han oído las promesas repetidas de limpiar enteramente de basura su ciudad natal, promesas que nunca se cumplieron. Los habitantes de otras ciudades de Campania, la provincia sureña donde se ubica el mismo Nápoles, no quisieron aceptar los escombros de esta localidad.

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