"Al elegir 'Thriller' queremos lanzar el mensaje de que la educación pública está muriendo, y que nos mantienen como 'zombis' bajo un sistema educacional y social que no nos permite derecho a réplica ni da lugar al real surgimiento del país", manifestaron.

Los jóvenes, que mantienen tomados colegios en todo Chile, exigieron además soluciones reales al ministro de Educación, Joaquín Lavín, quien reclamó por los destrozos provocados por la marcha. "Necesitamos una mesa de trabajo resolutiva, no de diálogo, y no estamos negociando bajarnos de las tomas. Queremos ver avances reales primero", declaró Freddy Fuentes, uno de los dirigentes de las protestas.

Los cuerpos policiales intentaron apaciguar a los estudiantes, reprimiendo con gases lacrimógenos y chorros de agua a pequeños grupos que lanzaron proyectiles, y detuvieron a más de 100 personas.

Sin embargo, la autoridad aceptó finalmente negociar con los estudiantes y cambiar el sistema de administración de la educación pública, a cargo de los municipios. "Puede ser que en algunas comunas las municipalidades ya no se hagan cargo de la educación, pero la solución no es que el Estado se haga cargo de todos los colegios", afirmó el viceministro de Educación chileno, Fernando Rojas, después de reunirse con líderes estudiantiles.

La semana pasada la manifestación, organizada por la Confederación de Estudiantes Universitarios y a la que se adhirieron el Colegio de Profesores, funcionarios del Ministerio de Educación y la Asociación Nacional de Empleados Fiscales, reunió a cerca de 70.000 chilenos que inundaron las calles de la capital para demandar reformas en el sistema de educación público.

Las estadísticas oficiales señalan que en Chile solo uno de cada seis jóvenes pobres accede a la educación superior, mientras que la relación sube a seis de cada diez en hogares más ricos.