subraya que la opacidad de estas agencias de calificación fue el detonante de la crisis hipotecaria en 2008 que desplomó los mercados financieros mundiales.

“Ahora se sabe, por ejemplo, que daban autorizaciones para ciertos bonos, para ciertos valores, y que lo hacían sin mucha cautela, mejorando la calificación de valores que después se supo que no merecían esa clasificación”, afirmo Kohen.

“Esto ha dejado un mal sabor de boca. Ahora creo que se avecina una época en la que, incluso en Estados Unidos, [estas agencias] van a tener que someterse a controles más estrictos”, agregó el experto.

Las agencias de rating se enfrentan a varias demandas privadas tanto en EE. UU. como en algunos países europeos, algunas de las cuales ya se han logrado resolver de manera extrajudicial.

Asimismo, el gobierno de EE. UU. podría presentar cargos contra las agencias de calificación de riesgos. De hecho, los reguladores de los mercados financieros buscan evidencias contundentes para probar la implicación de estas agencias en la elaboración y el marketing de productos financieros que fueron utilizados para comercializar las hipotecas basura.