El bebé que pudieron ver Enriqueta y su marido en la clínica seguramente era uno congelado, de los muchos que disponían estos centros para mostrar a los padres que no se acababan de creer la historia de los médicos. El 28 de enero, la hija de Enriqueta hubiera cumplido 31 años. Ella es consciente de que probablemente no llegue a conocerla jamás.

“Que era mi hijo, que lo he tenido en mis entrañas, y que cuatro personas que no tiene corazón hayan hecho esto. Si me escucha, que sepa que tiene a su madre verdadera, que nunca le ha abandonado y que siempre lo ha querido, siempre, porque en mi interior sabía que estaba vivo”, continúa  la madre afectada.

Siempre lo sospechó, y por eso a principios de este año pidió en el registro la partida de defunción de su bebé. Cuando le entregaron una distinta a la original, con la firma de su marido falsificada, se inscribió en ANADIR, una asociación creada para ayudar a personas como Enriqueta que está destapando la trama de la compraventa de niños en España.

“Hay una primera etapa después de la guerra civil española de represión política que se prolonga durante la decada de los 40. Posteriormente, cuando se acaban los hijos de republicanas encarceladas, esto se convierte en una mafia puramente económica. Aquí se robaban niños a mujeres de toda condición política y religiosa”, dice el abogado de ANADIR Enrique Vila Torres.

Médicos, matronas que a veces eran monjas, empleados de funerarias, intermediarios que buscaban padres compradores de niños... Toda una red que seguía siempre el mismo ‘modus operandi’.

“Se elegía una víctima entre las mujeres que estaban embarazadas e iban a dar luz. Cuando daban a luz, inmediatamente le cogían al niño para arreglarlo y cuidarlo, y a las pocas horas, venía la matrona y el propio médico y le comunicaban que su hijo había fallecido por cualquier motivo”, dice el abogado Enrique Vila Torres.

En España actualmente hay 261 casos documentados de niños secuestrados que están siendo estudiados por la Fiscalía, pero según datos de ANADIR, la cifra podría llegar a superar los 300.000. De ahí que esta asociación exija una actuación coordinada del Gobierno y la justicia para poder esclarecer los hechos, así como la apertura de todos los archivos correspondientes.

“Espero que los jueces y los fiscales sepan que una madre no miente y que eso es verdad y que trabajen con la mayor dureza que puedan. Porque esto es un pacto de silencio de mucha gente”, expresa Rocío Amparo Cuerdo, delegada de ANADIR Madrid.

Desde la asociación se denuncia incluso que España podría haber sido un auténtico supermercado de bebés para el resto del mundo, ya que se han encontrado indicios de niños nacidos en el país que fueron adoptados por familias de EE.UU., Perú, Reino Unido y Alemania.

Vidas destrozadas se entremezclan en toda una trama de más de 50 años que tenía una finalidad puramente económica. Algunas parejas llegaban a pagar por un bebé el precio de hasta tres pisos de la época. El resultado son miles de hijos que no saben quiénes son sus padres biológicos y otros tantos padres y madres que ahora por fin están seguros de que su niño, en realidad, no murió al nacer como les dijeron, sino que está viviendo otra vida lejos de ellos.