consecuencias imposibles de calcular que pueden ser dramáticas". Turki bin Faisal al Saud no precisó a qué política se estaba refiriendo, aunque un representante de las autoridades saudíes cercano al príncipe aclaró el sentido de sus palabras señalando al diario británico The Guardian que Al Saud se refería a la obtención de armas nucleares por parte de Arabia Saudí.

“No podemos vivir en una situación en la que Irán cuenta con armamento nuclear y nosotros no. Si Irán desarrolla armamento nuclear, esto será inaceptable para nosotros y tendremos que hacer lo mismo”, sostiene el alto funcionario saudí.

Asimismo, durante el encuentro, Turki bin Faisal al Saud culpó a Teherán de intentar aprovecharse de las recientes revoluciones y disturbios en los países islámicos de Oriente Próximo y el norte de África para aumentar su influencia en el mundo árabe.

El programa nuclear iraní es un problema perenne para la diplomacia occidental. Y aunque Teherán insiste en que su programa nuclear es pacífico y sólo busca generar energía eléctrica con una futura red de reactores nucleares, algunos países occidentales no terminan de creer estas explicaciones. Por ello recientemente la ONU señaló que Irán no ofrece la cooperación necesaria para poder confirmar el uso pacífico de todos los materiales con los que cuenta y que obstaculizó una investigación de la OIEA en el país en torno a denuncias sobre la realización de experimentos secretos que podrían representar intentos de desarrollo de un programa de fabricación de armas nucleares. Por su parte, Teherán rechaza estas acusaciones.