Asimismo, declaró que el Gobierno va a colaborar en la reconstrucción de las casas dañadas por los ataques rebeldes, pero también que “la fuerza pública va a destruir cualquier casa que sea utilizada por los terroristas para atacar a la fuerza pública o a la población civil”.

Los ataques simultáneos  lanzados por las FARC el 9 de julio contra varias localidades del Departamento del Cauca, al suroeste de la nación, dejaron al menos tres muertos y más de 70 heridos. La más afectada fue Toribío, donde los rebeldes lanzaron un coche bomba cargado de explosivos que causó enormes destrozos en la comandancia de la Policía y otros edificios públicos como la alcaldía. Alrededor de un centenar de casas quedaron afectadas.

Aquel día en la localidad de Corinto (también en el Departamento de Cauca) la explosión de otro coche bomba causó al menos dos heridos. Simultáneamente, en la localidad vecina de Caldono y en los pequeños caseríos de Siberia y de Mondomo también se registraron hostigamientos rebeldes.