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El bloque de autoayuda en América del Sur - TicoVisión |
Publicado en 14/08/11 a 05:18:32 GMT-06:00 Por Administrador |
Ahora, de cara a la próxima cumbre del bloque a realizarse en Paraguay, los ministros, mediante tres grupos de trabajo, estudiarán una eventual expansión y mayor dotación de recursos al Fondo Latinoamericano de Reservas 14 de Agosto de 2011 | TicoVisión | Redacción - IPS | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento El bloque de autoayuda Por Marcela Valente* Buenos Aires, Atgentina. - La retórica de los gobiernos sugería que la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) levantaría su voz ante la crisis en los países industrializados, pero por ahora la estrategia es abroquelarse para resistir los embates que le llegan de afuera de la región. Ministros de Economía o delegados de esa cartera y presidentes de los bancos centrales de los 12 países sudamericanos que conforman el bloque se reunieron el jueves 11 y este viernes 12 en Buenos Aires para definir un plan de acción que los fortalezca frente a las turbulencias externas. En esta cita se conformó el Consejo Sudamericano de Economía y Finanzas, un área rezagada en un bloque que arrancó como un foro político y de defensa, y se avanzó en un plan de acción de apenas seis puntos frente a la crisis. En las declaraciones previas a la cita, convocada a instancias de los presidentes sudamericanos, los ministros insistieron en afirmar que la región está preparada para resistir, que sus reservas monetarias son abundantes, sus cuentas fiscales están en orden y que sus niveles de endeudamiento son manejables. Algunos incluso fueron más allá del optimismo, como el ministro de Economía de Argentina, Amado Boudou, quien vaticinó que en un futuro cercano "la región puede convertirse en el motor principal de la economía internacional". Pero en los hechos, los delegados gubernamentales fueron prácticos al debatir sobre medidas que permitan la movilidad de sus reservas internacionales, estimadas en total en la región en más de 500.000 millones de dólares, fortalecer el comercio y la financiación regional. Ahora, de cara a la próxima cumbre del bloque a realizarse en Paraguay, los ministros, mediante tres grupos de trabajo, estudiarán una eventual expansión y mayor dotación de recursos al Fondo Latinoamericano de Reservas, hoy integrado solo por Bolivia, Colombia, Ecuador, Costa Rica, Perú, Uruguay y Venezuela. Ese fondo, que emite deuda y es solidario en caso de ataques especulativos a esos países, podría incrementar fuertemente sus recursos si se incorporan Argentina, Brasil, y los otros restantes países sudamericanos. Se comprometieron además a acelerar las tratativas para el lanzamiento del Banco del Sur y a incrementar los aportes a la cada vez más comprometida Corporación Andina de Fomento (CAF) para que actúe como banca de desarrollo. En el orden comercial, para capear una posible merma de las exportaciones debido a la crisis de los países centrales, resolvieron incrementar el comercio intrarregional y estudiar alternativas para hacerlo en monedas locales, de manera de no afectar el uso de reservas en divisas. Del mismo modo, los participantes debatieron sobre medidas que limiten la entrada de capitales especulativos o "golondrinas", que provocan la apreciación de las monedas sudamericanas y restan competitividad a las exportaciones. En definitiva, la Unasur reaccionó con reflejos rápidos para diseñar instrumentos defensivos que le permitan armarse para afrontar los embates de la crisis global en momentos en que otros bloques internacionales, como el Grupo de los 20 (G-20) que reúne a los países ricos y las grandes economías emergentes, tuvieron un perfil extremadamente bajo. El G-20, en el que participa Argentina y Brasil, se creó en 2008 tras el estallido financiero de Estados Unidos para regular mercados financieros y evitar nuevas crisis, pero sus logros fueron limitados. El politólogo argentino Federico Merke, de la privada Universidad de San Andrés, dijo a IPS que, en este marco, la Unasur se mostró ágil y eficiente, en buena medida por iniciativa de su nueva secretaria general, la ex canciller colombiana Maria Emma Mejía, quien tiene un liderazgo muy centrado en la acción, definió. Consideró que estas reuniones sirven para que cada país sepa qué está pensando el otro y coordinar medidas, pero dijo que difícilmente se puede llegar a políticas sustantivas y a una articulación profunda que comprometa a los gobiernos. "La Unasur está bastante aceitado como espacio de diálogo y bien parado pese a la crisis, pero es difícil que pueda pensarse como un bloque que dé respuestas o soluciones a lo que está pasando en otras regiones", indicó. Para Merke, estas citas "son buenas para hacer autoayuda y decir ‘sí, podemos’, saberse con recursos y darse ánimos mutuamente", aunque cuestionó lo que entiende jactancia de los gobiernos de la región que sugieren que América del Sur se volvió invulnerable. Respecto de la posibilidad de aumentar el comercio para neutralizar la posible caída de exportaciones, el experto recordó que el intercambio entre los países de la región no llega a 20 por ciento del comercio en Unasur, y que efectivamente podría crecer. Advirtió, empero, que para eso no alcanza con declaraciones sino que se debe avanzar con incentivos para la exportación hacia adentro y, en este sentido, el bloque esquiva medidas de libre comercio tradicionales como la baja de aranceles, precisó. Por su parte, el brasileño Tullo Vigevani, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Estadual de Sao Paulo, tampoco ve posible, por ahora, que la Unasur vaya a emerger como un bloque con propuestas para la crisis global. "Aún tiene dimensiones institucionales débiles", dijo a IPS. No obstante, sostuvo que, "ante el vacío de gobernabilidad internacional, parece que tiene espacio para aumentar su peso", advirtió. "Eso es aprovechado por los gobiernos que desconfían de la gobernanza global", apuntó. En cuanto al aumento del comercio intrarregional como un modo de la Unasur de blindarse, Vigevani la consideró "una salida ventajosa", aunque con límites. "Nadie cree que los mercados internos puedan resolverlo todo", sostuvo. Para este especialista, el crecimiento constante de las economías de Brasil y de Argentina sugieren que se puede crecer a partir del consumo doméstico mediante el crédito a sectores populares, pero aún así, dijo, será necesario el mercado global, los flujos financieros externos y también la tecnología que llega del mundo rico en crisis. * Aporte de Fabiana Frayssinet (Río de Janeiro) (FIN/2011) |
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