Viniendo de donde venimos, es evidente que estamos ante un acontecimiento trascendente y positivo que todos tenemos que celebrar. Pero sería un gravísimo error ignorar u ocultar que la decisión de embutir un nuevo Estado en el atiborrado escenario del Medio Oriente no es más que la constatación de un fracaso de la comunidad internacional que, en contra de todos los principios y valores que dice sostener, tolera la existencia esencialmente agresiva del Estado étnico-religioso de Israel. La salida lógica al conflicto generado por la creación del Estado judío -esa es la realidad de Israel- solo puede ser la creación de un Estado plural y laico capaz de albergar y consolidar una realidad social multiétnica y multirreligiosa gobernada por una democracia avanzada. Y al no hacerlo así, y dar por sentado que el Estado de Israel tiene patente de corso para desarrollar una política a la medida de una comunidad de corte identitario y fundamentalista, nos vemos abocados a una decisión que, lejos de solucionar el problema, se limita a compensarlo.

Lo que viene a decir la comunidad internacional es que, cometido el error de haber creado un estado israelí, que consideramos ya irreversible, solo nos queda la posibilidad de compensarlo devolviendo a Palestina su Estado, aunque este no sea en su totalidad, al menos a las fronteras de 1967 que los palestinos ya están dispuestos a aceptar.

Israel se negó a devolver los territorios ocupados después de 1967

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, rechazó públicamente devolver a Palestina parte de los territorios ocupados en los años 60, en respuesta al discurso realizado por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama en el que reconoció que la línea limítrofe entre los dos regiones debe basarse en las fronteras de junio de 1967.

La invadida Jerusalén Este, Gaza y Cisjordania, que suman en total seis mil 200 kilómetros cuadrados, de los cerca de 15 mil que inicialmente pertenecían a los palestinos, fueron los únicos territorios que le quedaron a este pueblo luego de que la Organización de Naciones Unidas (ONU) decidiera en el año 1948 partir el territorio para otorgarle una parte a Israel y crear así el estado sionista.

Suman 140 los países que reconocerían a Palestina

“Alrededor de 140 países podrían votar a favor del Estado independiente de Palestina durante los encuentros de la Asamblea General de la ONU, que tienen previsto comenzar el 23 de septiembre”, declaró a los medios Shaath, también jefe de Relaciones Exteriores del movimiento nacionalista palestino Al-Fatah.

El responsable palestino manifestó en una rueda de prensa en la ciudad cisjordana de Ramala que sus cálculos se basan en las visitas efectuadas en los últimos meses por todo el mundo en busca de apoyo y reconocimiento a un Estado palestino.

Los palestinos tienen intenciones de dirigirse a la ONU a finales de mes para solicitar el pleno reconocimiento a un Estado palestino en los territorios ocupados por Israel en 1967, decisión que responde al fracaso en las negociaciones directas con ese país, estancadas desde hace cerca de un año.

La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) decidió suspender el diálogo con el Estado judío después de que el Gobierno israelí rechazara suspender la construcción en los asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este.

“La parte palestina está decidida a lograr convertirse en un miembro pleno como Estado de Palestina en Naciones Unidas, contando con el amplio apoyo que hemos logrado en los últimos viajes y visitas”, apostilló Shaath. Ahora habrá que esperar las reacciones de Israel.