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Discurso en castellano e inglés de Mahmud Abbas en la ONU - TicoVisión | ||||
Publicado en 24/09/11 a 12:29:14 GMT-06:00 Por Administrador | ||||
Al final del discurso en castellano encontrarán el enlace para leer y o descargar el documento en inglés. 24 de Septiembre de 2011 | TicoVisión | Redacción - Traducción de Giselle Rodríguez | Internacional | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento Discurso en castellano e inglés de Mahmud Abbas en la ONU El señor Abbas realizó la introducción acostumbrada y luego felicitó al señor H.E. Nassir Abdulaziz Al-Nasser por asumir la presidencia de la asamblea para esa sesión. Extendió su saludo y felicitación a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y al honorable pueblo palestino. Luego felicitó al pueblo y gobierno de Sudán del Sur por haber sido admitidos en la ONU. Cerró su introducción felicitando al señor Ban Ki-moon por haber sido reelecto como Secretario General de Las Naciones Unidas, manifestando que esa renovación de confianza reflejaba el aprecio y agradecimiento del mundo por su excelente esfuerzo y desempeño que reforzó el rol de Las Naciones Unidas. Mahmoud Abbas, es el presidente del comité ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina y presidente de la Autoridad Palestina. Emitió su discurso después de haber entregado la solicitud en la que pidió la incorporación de Palestina a la ONU y su reconocimiento como Estado. Excelencias, Señoras y señores. La cuestión de Palestina está intrínsecamente vinculada con la Organización de las Naciones Unidas, vía las resoluciones adoptadas por sus múltiples organismos y agencias y mediante el esencial y loable papel de la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina en Oriente Cercano, que encarna la responsabilidad internacional hacia la causa de los refugiados palestinos, que son las víctimas de Al Nakbha, la catástrofe que ocurrió en 1948. Aspiramos y buscamos un papel más amplio y efectivo para la ONU en su trabajo para lograr una paz justa y amplia en nuestra región que garantice los derechos nacionales inalienables y legítimos del pueblo de Palestina conforme a lo definido por las resoluciones de legitimidad internacional enarbolados por la ONU. Sr. Presidente, señores y señoras, hace un año, en esta misma ocasión y sala, líderes distinguidos y jefes de delegación trataron el tema de las negociaciones de paz estancadas en nuestra región. Todos tenían muchas esperanzas en la nueva ronda de negociaciones de estatus final que empezaron a principios de septiembre en Washington bajo el auspicio directo del presidente Obama y con la participación del Cuarteto Internacional, así como Egipto y Jordania, para que en un año llegáramos a un acuerdo de paz. Llegamos a esas negociaciones con un corazón abierto, oídos atentos y con intenciones sinceras. Estábamos listos con nuestros documentos, papeles y propuestas, pero estas negociaciones fracasaron semanas después de comenzar. Después de esto, no nos rendimos y no cesamos en nuestros esfuerzos de iniciativas y contactos. En el último año no dejamos ni una puerta sin tocar, ni un canal por explorar, ni un camino por tomar y no pasamos por alto ninguna parte de influencia y estatura informal o formal. Consideramos positivamente las distintas ideas, propuestas e iniciativas presentadas por muchos países y partes, pero todos estos sinceros esfuerzos emprendidos por las partes internacionales se toparon repetidamente contra la roca de la postura del gobierno de Israel, que rápidamente extinguió la esperanza generada por la última ronda de negociaciones de septiembre. El tema central es que el gobierno de Israel se niega a comprometerse con los términos de referencia de las negociaciones que se basan en la ley internacional y las resoluciones de la ONU, y continúa intensificando frenéticamente la construcción de asentamientos en el territorio del futuro estado de Palestina. Las actividades de los asentamientos son la base de una política de ocupación colonial militar de la tierra del pueblo palestino y de la brutalidad, agresión, y discriminación racial contra nuestra gente que esta política conlleva. Esta política, que viola la ley humanitaria internacional y las resoluciones de la ONU, es la causa principal del fracaso del proceso de paz, del colapso de docenas de oportunidades y de la muerte de las grandes esperanzas que surgieron tras la firma de la declaración de principios en 1993 entre la OLP e Israel para lograr una paz justa que diera inicio a una nueva era en nuestra región. Los informes de las misiones de la ONU, así como los informes de varias instituciones israelíes y de la sociedad civil transmiten un horrendo panorama sobre el tamaño de la campaña de asentamientos, que el gobierno de Israel no duda en promover y que continúa ejecutando mediante la confiscación sistemática de tierras palestinas y la construcción de miles de asentamientos nuevos en varias áreas de Cisjordania, especialmente en la parte árabe de Jerusalén y Cisjordania, así como mediante la construcción acelerada del muro de anexión que ha segregado grandes porciones de nuestra tierra, dividiéndola en islas aisladas y separadas que destruyen la vida familiar, las comunidades y que afectan el sustento de decenas de miles de familias. El poder ocupante también sigue negándose a emitir permisos de construcción a nuestra gente en Jerusalén Este ocupada y, al mismo tiempo, intensifica su campaña, iniciada hace décadas, de demoler y confiscar hogares, desplazando a dueños y residentes palestinos mediante una campaña de limpieza étnica que busca expulsarlos de su tierra ancestral. Además, se ha llegado al extremo en que se han emitido órdenes para deportar a representantes elegidos de su ciudad de Jerusalén. El poder ocupante también continúa realizando excavaciones que amenazan nuestros santos lugares y sus puestos de control militares evitan que nuestros ciudadanos tengan acceso a sus mezquitas e iglesias. Continúa sitiando Tierra Santa con una serie de asentamientos y con el muro de anexión que busca separar la Ciudad Santa del resto de las ciudades palestinas. La ocupación busca ganar tiempo para redibujar las fronteras de nuestra tierra de acuerdo con lo que quiere e imponer un fait acompli en el terreno que cambia las realidades y afecta el potencial real del surgimiento del estado de Palestina. Al mismo tiempo, el poder ocupante sigue imponiendo un bloqueo estricto a la Franja de Gaza y atacando a los ciudadanos palestinos con asesinatos, ataques aéreos, artillería, persistiendo con su guerra de agresión de hace tres años en la Franja de Gaza que produjo la destrucción masiva de escuelas, casas, hospitales y mezquitas además de la muerte de miles de mártires y heridos. El poder ocupante también continúa con sus incursiones en áreas de la Autoridad Nacional Palestina mediante redadas, arrestos y asesinatos en los puestos de control. En años recientes, las acciones criminales de milicias armadas de habitantes de asentamientos que gozan de la protección especial del ejército de ocupación se han intensificado con ataques frecuentes en contra de nuestra gente, sus hogares, escuelas, universidades, mezquitas, campos, cosechas y árboles. Hoy mataron a un palestino que protestaba pacíficamente. Pese a nuestras repetidas advertencias, las autoridades israelíes no han intervenido para limitar estos actos, y los hacemos plenamente responsables por los crímenes de los habitantes de asentamientos. Estos son sólo algunos ejemplos de la política de la ocupación colonial de asentamientos de Israel. Y esta política es responsable del fracaso constante de sucesivos intentos internacionales por salvar el proceso de paz. Esta política destruirá las oportunidades de lograr una solución de dos estados, que goza del consenso internacional. Advierto, y advierto con fuerza, que esta política de asentamientos amenaza con afectar también la estructura de la Autoridad Nacional Palestina e incluso su existencia. Además, encaramos la imposición de nuevas condiciones que no se habían propuesto antes y que transformarán el conflicto regional en nuestra problemática región en un conflicto religioso y en una amenaza para el futuro de 1.5 millones de palestinos, ciudadanos de Israel. Este es un asunto que rechazamos y que es imposible que aceptemos. Todas las acciones tomadas por Israel en nuestro país constituyen una serie de acciones unilaterales que buscan fortalecer la ocupación. Israel ha restaurado la autoridad administrativa y militar en Cisjordania en una decisión unilateral. Decidió que sus autoridades militares son las que determinan el derecho de los ciudadanos a residir en áreas de la tierra palestina. Israel decide confiscar nuestra tierra y nuestra agua y obstruir el movimiento de personas y bienes unilateralmente, y luego ellos hablan de unilateralismo… todo esto pese a nuestros acuerdos, que prohíben las acciones unilaterales individuales. Damas y caballeros, en 1974 nuestro fallecido líder Yasser Arafat (Aplausos) se presentó en este podio y aseguró a los miembros de la Asamblea General sobre nuestra búsqueda afirmativa de paz. Pidió a la ONU reconocer los derechos nacionales inalienables del pueblo palestino y dijo: “No dejen que la rama de olivo se me caiga de la mano”. En 1988, el presidente Arafat se dirigió de nuevo a la Asamblea General que se reunió en Ginebra para escucharlo. Ahí entregó el programa de paz palestino adoptado por el Consejo Nacional de Palestina en su sesión realizada ese año en Argelia. Cuando adoptamos este programa dimos un paso doloroso y muy difícil para todos, especialmente para gente como yo, que nos vimos obligados a dejar nuestros hogares y ciudades llevando con nosotros sólo parte de nuestras pertenencias, nuestro dolor, nuestro recuerdo y la llave de nuestros hogares a campos de exiliados en la diáspora de 1948 Al Nakbah. En una de las peores operaciones de desterramiento, remoción y expulsión de personas de una sociedad vibrante y cohesionada que había participado activamente como pionera en el renacimiento cultural, educativo y económico de Oriente Medio árabe. Sin embargo, porque creemos en la paz, por nuestra convicción en la legitimidad internacional, porque tenemos el valor de tomar decisiones valientes para nuestro pueblo, y debido a la ausencia de justicia absoluta decidimos adoptar el camino de la justicia relativa, la justicia que es posible, una justicia que pudiera corregir parte de la gran injusticia histórica cometida en contra de nuestro pueblo. Por ello decidimos establecer el estado de Palestina en sólo 22% del territorio de la Palestina histórica de todo el territorio palestino ocupado por Israel en 1967. Al tomar ese paso histórico, que fue bien recibido por la comunidad internacional, intentamos hacer una concesión importante que permitiera un compromiso histórico para posibilitar la paz en la tierra de la paz. En los años siguientes, desde la conferencia de Madrid y las negociaciones en Washington que llevaron al acuerdo de Oslo que fue firmado hace 18 años en el jardín de la Casa Blanca — vinculado a cartas de reconocimiento mutuo, reconocimiento mutuo, entre la OLP e Israel — perseveramos y afrontamos positivamente y responsablemente todos los esfuerzos destinados a establecer un acuerdo de paz duradero. No obstante, como dijimos antes, todas las iniciativas y todas las conferencias y cada nueva ronda de negociaciones y todos los movimientos se han visto frustrados por el proyecto de expansión de asentamientos de Israel. Señor presidente, señoras y señores. Confirmo, en nombre de la OLP, el único representante legítimo del pueblo palestino, que lo seguiremos siendo hasta que se resuelva el conflicto en todos sus aspectos y hasta la resolución de todos los temas de estatus final. A este respecto someto a su consideración lo siguiente: 1) La meta del pueblo palestino es obtener sus derechos nacionales inalienables y el estado independiente de Palestina, con Jerusalén Este como su capital en toda la tierra de Cisjordania, incluso Israel Este y la Franja de Gaza que Israel ocupó en la guerra de junio 1967, de conformidad con los acuerdos internacionales de legitimidad y con el logro de una solución justa y acordada sobre el tema de los refugiados palestinos, de conformidad con la resolución No. 194 conforme a lo estipulado en la iniciativa de paz árabe que presentó la visión consensuada árabe e islámica para resolver el centro del conflicto árabe-israelí y lograr un paz duradera y amplia con la que estamos comprometidos y por la que trabajamos. Para este propósito estamos aquí y, para lograr la paz deseada, también es necesaria la liberación de los presos políticos y los prisioneros de libertad, así como de los detenidos palestinos en prisiones israelíes sin demora. 2) La OLP y el pueblo palestino se adhieren a su renuncia a la violencia y rechazan y condenan el terrorismo en todas sus formas, especialmente el terrorismo de estado y el terrorismo de los habitantes de asentamientos. Respetamos todos los acuerdos firmados entre la OLP e Israel. 3) Nos adherimos a la opción de negociar una solución duradera al conflicto, de conformidad con las resoluciones de legitimidad internacional. Aquí declaro que la OLP está dispuesta a regresar inmediatamente a la mesa de negociaciones en los términos de referencia adoptados basados en la legitimidad internacional y el cese absoluto de la actividad de asentamientos. 4) Nuestra gente continuará con su resistencia popular y pacífica a la ocupación israelí y su política de asentamientos y apartheid, así como a su construcción del muro de anexión racista. Reciben apoyo a su resistencia, que cumple con la ley humanitaria internacional y las convenciones internacionales, y cuenta con el apoyo de activistas de paz de Israel y alrededor del mundo, lo que refleja un ejemplo impresionante, inspirador y valiente de la fortaleza de esta gente indefensa, armada solamente cuenta con sus sueños, esperanzas y eslóganes para hacer frente a las balas, gas lacrimógeno y bulldozers. 5) Cuando presentamos nuestro caso a este podio internacional confirmamos que confiamos en la opción política y diplomática, y es una confirmación de que no tomamos medidas unilaterales. Nuestros esfuerzos no están destinados a aislar Israel o a deslegitimizarlo; en su lugar buscamos legitimar la causa del pueblo de Palestina. Sólo buscamos deslegitimizar la actividad de asentamientos, la ocupación, el apartheid y la lógica de la fuerza despiadada, y creemos que todos los países del mundo están con nosotros en este sentido. Estoy aquí para decir, en nombre del pueblo palestino y la OLP, que extendemos nuestra mano al gobierno de Israel y el pueblo de Israel para lograr la paz. Les digo que construyamos juntos urgentemente un futuro para nuestros hijos en el que puedan tener libertad, seguridad y prosperidad. Construyamos puentes de diálogo en lugar de puestos de revisión y muros de separación. Construyamos relaciones cooperativas basadas en paridad, equidad y amistad entre dos estados soberanos, Palestina e Israel, en lugar de políticas de ocupación, asentamientos y la eliminación del otro. Señor presidentes, excelencias, señoras y señores. Pese al derecho incuestionable de nuestro pueblo a la autodeterminación, y a la independencia de nuestro estado, conforme a lo estipulado en las resoluciones internacionales, hemos aceptado en los últimos años participar en lo que parecía una prueba de nuestro valor, derecho y elegibilidad. En los últimos años nuestra autoridad internacional ha implementado un programa para construir nuestras instituciones estatales. Pese a esta situación extraordinaria y a los obstáculos que Israel nos ha impuesto se lanzó un proyecto serio y extenso que incluye la implementación de planes para mejorar y avanzar el sistema judicial, el aparato para el mantenimiento del orden y la seguridad, el desarrollo de sistemas administrativos, financieros y de supervisión, mejorar el desempeño de las instituciones y la autosuficiencia para reducir la necesidad de ayuda extranjera. Con el apoyo de países árabes y donantes de naciones amigas, se han implementado varios proyectos grandes de infraestructura, centrados en varios aspectos de servicios, con especial atención en las áreas rurales y marginadas. Como parte de este proyecto nacional masivo hemos fortalecido lo que buscamos que sean las bases de nuestro estado, nuestro futuro estado. Desde la preservación del orden público y la seguridad del ciudadano hasta la promoción de la autoridad judicial y el estado de derecho, fortalecer el papel de la mujer, la legislación, las leyes y la participación, asegurar la proyección de las libertades públicas y el fortalecimiento del papel de las instituciones de la sociedad civil, institucionalizar reglas y regulaciones para garantizar la responsabilidad y transparencia en la operación de nuestros ministerios y departamentos. Todo esto con el propósito de establecer los pilares de la democracia como la base de la vida política palestina. Cuando la división afectó la unidad de nuestra nación, nuestro pueblo y nuestras instituciones nos comprometimos a adoptar el diálogo para la reinstauración de nuestra unidad. Logramos, hace meses, una reconciliación nacional, y esperamos que su implementación se acelere en las próximas semanas. El principal pilar de esta reconciliación era recurrir a la gente mediante elecciones legislativas y presidenciales en un año, porque el estado que queremos será un estado caracterizado por el estado de derecho, el ejercicio de la democracia, la protección de las libertades, la igualdad de todos los ciudadanos sin discriminación alguna y la transferencia de poder mediante las urnas. Los informes emitidos recientemente por el comité adhoc de vinculación de la ONU, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional creemos que han confirmado y aplaudido lo que se ha logrado y lo han considerado un notable modelo sin precedentes. La conclusión de consenso del comité de países donantes hace unos días aquí, en esta ciudad, fue que los logros constituyen una “notable historia de éxito internacional” y confirmó que los palestinos y sus instituciones están listos para la independencia inmediata del estado de Palestina. Esa fue la declaración de la comunidad internacional. No creo que nadie con un ápice de conciencia pueda rechazar nuestra solicitud de membresía plena en la ONU y aceptación como estado independiente. (Aplausos). Sr. Presidente, excelencias, señoras y señores no es posible atender el horizonte de conversaciones de paz bloqueadas con los mismos métodos que han sido repetidamente utilizados sin éxito en el pasado. La crisis es muy profunda como para ser descuidada, y es mucho más peligroso simplemente posponer su estallido. No es posible, ni práctico, ni aceptable que las cosas sigan como siempre como si todo estuviera bien. Es inútil celebrar negociaciones sin parámetros claros, y debido a la falta de credibilidad y un calendario específico, la negociación no tendrá sentido si el ejército de ocupación continúa ampliando su ocupación en lugar de reducirla, y si sigue cambiando la demografía de nuestro país para crear una nueva base sobre la cual alterar las fronteras. Esto es totalmente inaceptable. (Aplausos). Señoras y señores, este es un momento de la verdad. Nuestra gente está esperando escuchar la respuesta del mundo. ¿Permitirá a Israel continuar la última ocupación en el mundo? Somos el último pueblo que permanece bajo ocupación. ¿Permitirá el mundo a Israel ocuparnos para siempre y seguir siendo un Estado fuera de la ley y responsabilidad? ¿Permitirá a Israel seguir rechazando las resoluciones del Consejo de Seguridad, la Asamblea General de la ONU, la Corte Internacional de Justicia y la oposición de la abrumadora mayoría de países en el mundo? ¿Es aceptable?. Señor presidente el corazón de la crisis en nuestra región es muy, muy simple y obvio. Hay quienes creen que somos un pueblo innecesario e indeseable en Oriente Medio, y hay quienes creen que hay un estado que falta y que necesita ser establecido de inmediato. (Aplausos). Señor presidente, señoras y señoras, me presento ante ustedes desde Tierra Santa, la tierra de Palestina, la tierra de los mensajes divinos desde donde ascendió el profeta Mahoma (la paz sea con él) y donde nació el profeta Jesús (la paz sea con él) para hablar en nombre del pueblo palestino, en nuestra nación y en la diáspora: después de 63 años de sufrimiento y de la tragedia de la Nakbah que continúa, ¡es suficiente, suficiente, suficiente! (Aplausos). Es tiempo de que el pueblo palestino obtenga su libertad e independencia. Es tiempo de poner fin al sufrimiento de miles de refugiados palestinos en su tierra y en la diáspora, poner fin a su expulsión y reconocer sus derechos, muchos de los cuales fueron obligados a refugiarse más de una vez en distintos lugares del mundo. En un momento en el que los pueblos árabes están reafirmando su búsqueda de la democracia, en lo que se ha llegado a conocer como la Primavera Árabe, ha llegado el tiempo de que los palestinos también busquen su independencia (Aplausos). Ha llegado el momento de que nuestros hombres, mujeres y niños vivan vidas normales, que puedan dormir sin esperar lo peor al día siguiente, que las madres tengan la certeza de que sus hijos regresarán a casa sin el miedo de que los asesinen, arresten o los humillen. Que los estudiantes puedan ir a sus escuelas y universidades sin puestos de revisión que los obstruyan. Ha llegado el momento de que los enfermos puedan llegar a los hospitales normalmente, y que nuestros agricultores puedan encargarse de sus cultivos sin el temor de que la fuerza ocupante les quite sus tierras y agua, algo que el muro les impide. O el miedo a los habitantes de asentamientos, con sus perros guardianes que atacan a los palestinos. Construyen en nuestras tierras, destierran y queman los olivos que han existido en Palestina por cientos de años. Ha llegado el momento de que los miles de prisioneros de conciencia sean liberados de las cárceles y regresen a sus familias e hijos y participen en la creación de la nación por cuya libertad han sacrificado tanto. Mi gente desea vivir una vida normal, como el resto de la humanidad. Creen en lo que nuestro gran poeta Mahmoud Darwish dijo aquí: “Estar aquí, quedarse aquí, permanentemente aquí. Tenemos una meta, una meta, una meta: ser, y seremos”. (Aplausos). Señoras y señores, apreciamos y valoramos profundamente las posturas de todos los estados que han apoyado nuestra lucha y nuestros derechos y reconocen el estado de Palestina tras la declaración de independencia en 1988, así como los países que recientemente reconocieron al estado de Palestina y los que han mejorado el nivel de los representantes de Palestina en sus capitales. También saludo al secretario general de la ONU, Ban ki Moon, que hace unos días habló con la verdad al decir: “El estado Palestino debió haber sido establecido hace años” (Aplausos). Les aseguro que este apoyo es más valioso para nuestro pueblo de lo que pueden imaginarse. Porque los hace sentir que alguien los escucha y que no se pasa por alto la tragedia y los horrores de Al Nakbah y la ocupación que tanto los ha hecho sufrir. Refuerza su esperanza que surge de la creencia de que es posible que haya justicia en este mundo. Porque la falta de esperanza es el enemigo más feroz de la paz y la desesperación es el aliado más fuerte del extremismo. Digo que ha llegado el tiempo de que mi valiente y orgulloso pueblo — después de décadas de desplazamiento, ocupación colonial y sufrimiento incesante — viva como otros pueblos del mundo, libres, en un país soberano e independiente (Aplausos). Señor presidente, le informo antes de darle la declaración que, como presidente del estado de Palestina y presidente de la comisión ejecutiva de la OLP, presenté a su excelencia Ban Ki Moon, secretario general de Naciones Unidas, una solicitud para la admisión de Palestina con base en las fronteras de junio 4, 1967 con Al Quds as Sharif como su capital y como miembro pleno de las Naciones Unidas. Esta es una copia de la solicitud. (Aplausos). Hago un llamado al secretario general para que transmita de inmediato nuestra solicitud al Consejo de Seguridad, y pido a los distinguidos miembros del Consejo de Seguridad votar a favor de nuestra membresía plena. Apelo a los estados que aún no lo han hecho a reconocer el estado de Palestina. Señoras y señores, el apoyo de los países del mundo a nuestra campaña constituye una victoria para la verdad, la libertad, la justicia, la ley y la legitimidad internacional, y da un gran apoyo a la opción de la paz y mejora las posibilidades de éxito de las negociaciones. Excelencias, señoras y señores, su apoyo al establecimiento del estado de Palestina y su admisión a la ONU como miembro pleno es la mayor contribución a la paz en la tierra de la paz y en el mundo. Señor presidente, vine aquí con un mensaje de un pueblo valiente y orgulloso: “Palestina está renaciendo”, este es mi mensaje. Que todos los pueblos del mundo apoyen al pueblo de Palestina conforme avanza decididamente hacia su cita con la historia, la libertad y la independencia ahora mismo, y ojalá no tengamos que esperar mucho”. Descargue el discurso completo en inglés: Abrir y/o descargar el documento ''Discurso de Mahmud Abbas en la ONU'' en formato PDF |
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