La guerra económica que Estados Unidos mantiene con Cuba se mantiene y se recrudece pese a las anunciadas medidas de flexibilización. Así lo cree el viceministro primero de Comercio Exterior e Inversión Extranjera de Cuba, Orlando Hernández Guillén.
El ministro denunció que durante los dos años y medio que lleva en el poder el presidente Barack Obama, el gobierno estadounidense ha impuesto más de 100.000 millones de dólares en concepto de multas a entidades o ciudadanos norteamericanos que comercian con la Isla. También precisó que el año pasado Cuba perdió aproximadamente 2.000 millones de dólares al no haber vendido productos tradicionales suyos como el ron o el tabaco. El sector turístico también se vio seriamente afectado.
El viceministro cubano puntualizó que la aplicación de sanciones han ahuyentado a los hombres de negocios que
intentaban invertir en la isla antillana, ante el temor de que -por las represalias inmanentes al bloqueo- sus productos y servicios no puedan seguir entrando en el mercado estadounidense, uno de los principales del mundo. Las restricciones atañen también a entidades internacionales de salud, como el Fondo Mundial de Lucha contra el VIH-SIDA, la Tuberculosis y la Malaria que dejó de cooperar con Cuba después de que le fueron incautados, por un largo período, 4.207 millones de dólares.
Para Hernández Guillén, ante tales números "no se puede hablar de flexibilización de medidas contra Cuba". Al contrario, "Estados Unidos da la espalda cada vez con más fuerza a la petición mundial de acabar con el bloqueo económico y financiero a nuestro país", añadió.
Las medidas adoptadas por la administración de Obama -recalca- han sido muy limitadas y no han cambiado la esencia del embargo. Según datos de la ONU, el bloqueo económico, financiero y comercial que Estados Unidos le impuso a Cuba en 1962, ha causado pérdidas por valor de unos 975.000 millones de dólares al archipiélago caribeño, que ha visto perjudicado así su desarrollo financiero y social.
Gerardo Barboza, M.Ed.
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