Redacción.-Recientemente, en dos actividades celebradas por instituciones de educación pública en Costa Rica, dos funcionarios públicos en actitud restrictiva intentaron sin éxito impedirme tomar fotos.

En la primera de ellas, me sentí tan indignada y decepcionada que preferí retirarme del recinto y perder la oportunidad de capacitación para no arruinar el día ni las expectativas de varios compañeros y compañeras, que desde tempranas horas del día, se aprestaban con ilusión a participar en Puntarenas en el Taller sobre Habilidades de Trabajo en Equipo y Participación Ciudadana, a cargo de la Universidad Estatal a Distancia (UNED) en el marco del Instituto de Formación y Capacitación Municipal y Desarrollo Local, suscrito con el proyecto FOMUDE.

La segunda de ellas me sorprendió una soleada mañana en la plaza de la comunidad oromontana de San Buenaventura en plena celebración del Día del Ambiente. Esta vez me atrajo el gesto de una maestra cargando arbolitos en su regazo y de niños y niñas que apenas si podían mover las herramientas para abrir los hoyos alrededor de una plaza de fútbol que hablara de sombras y follajes coloridos con el tiempo.

Recordando la primera experiencia donde se me señaló como “monitoreadora” ilegal, por no contar con autorización previa del personal de la UNED, única acreditada para fotografiar el evento según palabras del instructor; esta vez, antes de tomar las fotos pregunté si podía hacerlo, dirigiéndome a otra mujer en el lugar, la que supuse sería la encargada de dirigir la reforestación a cargo de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL).

Para mi sorpresa, en vez de responder a mi pregunta, la chica preguntó para qué quería las fotos.  Por lo insólito de la pregunta solo atiné a responder que serían para mi colección de fotos.

Cuando me dirigía hacia el grupo de estudiantes y su maestra, apenas alcancé a oír la advertencia de la mujer que me prohibía “usar” las fotos porque era una actividad financiada por la CNFL.

Esta vez no me retiré sino que continúe al lado de la maestra quien dirigía a los pequeños que posaban orgullosos para la foto, y hasta aproveché para sugerirle a la educadora algunas técnicas para evitar que las malezas sofocaran a los arbolitos recién plantados por los entusiastas escolares.

Definitivamente que las políticas corporativas de ciertas empresas y de algunas universidades están rezagadas no solo con la tecnología sino con los derechos que la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión aprobada por la Comisión Interamericana establece: "La libertad de expresión, en todas sus formas y manifestaciones, es un derecho fundamental e inalienable, inherente a todas las personas. Es, además, un requisito indispensable para la existencia misma de una sociedad democrática."

Caigo en cuenta también que mientras en el mundo cada vez se consiguen más aparatos sofisticados para tomar fotos discretamente, en Costa Rica funcionarios públicos prohíben tomar fotos de eventos públicos celebrados en áreas públicas; olvidándose, que por antonomasia, el espacio público es del público, de los peatones, de usted y de mí.

En ese sentido, las posiciones más liberales defenderán que “en el espacio público podemos hacer lo que nos plazca”; una posición de centro dirá: “el espacio público es de todos”; mientras una posición conservadora señalará: “el espacio público es del Estado.”

Soy responsable para responder por mis actos y disfrutar en el sentido más amplio mi libertad de pensamiento y acción, lo cual implica tomar fotos, aunque no sea del agrado de funcionarios de la UNED o de la CNFL.

Si las limitaciones que se me han querido imponer obedecen a políticas institucionales solicito que revisen esos absurdos, porque obviamente no apuntan a un tema de seguridad, por lo que no es normal que funcionarios públicos propicien estos actos, que no se justifican ni entienden y que extralimitan sus funciones.

Sigo creyendo que en Costa Rica, cualquier persona o cosa que esté en lugar público puede ser fotografiado y puede ser usada su imagen sin tener que pagar derechos de imagen. Esto incluye parques, calles, playas, parques nacionales, plazas de fútbol, recintos universitarios, etc. y todo lo que en ella se encuentre.

Tal y como indica el artículo 47 del Código Civil “La fotografía o la imagen de una persona no pueden ser publicadas, reproducidas, expuestas o vendidas en forma alguna si no es con su consentimiento, a menos que dicha reproducción esté justificada por la notoriedad de aquélla, por la función pública que desempeñe, por necesidades de justicia o de policía, o cuando la reproducción se haga en relación con hechos, acontecimientos o ceremonias de interés público o que tengan lugar en público.”

Considero seguir tomando fotografías en el marco de los Principios que regulan la Libertad de Expresión, que en su sentido más amplio abarca las expresiones artísticas, culturales, sociales, religiosas, políticas o de cualquier otra índole; entre las que se incluye tomar fotografías en un taller de la UNED en Puntarenas y hasta fotografiar la reforestación a cargo de escolares en la comunidad de San Buenaventura, aunque sea  una actividad financiada por la CNFL.