Con el inicio de la  democratización de Rusia, en 1989, finalizó la guerra fría y los militares latinos dejaron de serles tan necesarios, por lo que entonces les suspendieron su apoyo ilimitado y ello permitió que poco a poco fueran siendo remplazados por gobiernos democráticos, aúnque muchos de ellos de izquierda, iniciándose, con tal democratización, la recuperación económico-política de casi todos nuestros países. Y este giro hacia la democracia y mejor manejo de nuestros recursos, es lo que nos ha fortalecido para así poder afrontar la depresión económica mundial, que al norte sí los está afectando seriamente.

En el caso de Panamá, en 1968, Omar Torrijos y sus militares dieron, con el apoyo de los Estados Unidos, el consabido golpe de estado al gobierno recién elegido de Arnulfo Arias, y lo que ha ocurrido desde entonces es más que interesante.

Durante 65 años, los buenos gobiernos que tuvo Panamá  desde el inicio de la república, habían acumulado una deuda de apenas unos 340 millones de dólares,  pero al finalizar tan desastroso gobierno militar, de 21 años de duración, tal deuda había ascendido a más de 7 mil millones, o sea un incremento de unos 900 mil dólares DIARIOS.

No dejará de haber quien arguya que en estos últimos 22 años nuestros cinco gobiernos democráticos también han incrementado tal deuda en casi 7 mil millones adicionales, para alcanzar los 13 mil millones de nuestra deuda actual; pero ello es explicable así:

1-) Al asumir el poder Omar Torrijos, en 1968, Panamá estaba en un momento cumbre de su desarrollo económico y social pues el desempleo era casi nulo, la tasa de crecimiento del PIB había sido de más del 8% anual sostenido por más de 10 años consecutivos, algo que difícilmente ha ocurrido en ningún otro país, ello como consecuencia de los buenos gobiernos de Roberto F. Chiari,  Marco Robles y anteriores.

Por el contrario, al finalizar la dictadura militar y reinstaurarse la democracia, en 1989, el PIB era negativo y, además, el país entero estaba devastado: no había circulante y hasta los bancos estaban cerrando, todo ello como consecuencia de la consabida rebatiña gubernamental, como por la invasión y los saqueos subsecuentes que también los mismos militares iniciaron, todo lo cual exigió endeudamientos extraordinarios  para  recuperarnos.  

2-)  El pago de la deuda de los 7 mil millones que malgastaron  los militares y sus conocidos secuaces políticos, más los altos  intereses, ha sido un grave lastre que todos los gobiernos subsiguientes han tenido que cargar en nuestro presupuesto anual, distrayendo fondos que debieron haber producido mayor crecimiento económico para beneficiar al pueblo.
  
3-)   La población de Panamá en estos últimos 22 años ha crecido en más de un 50%, y no es lo mismo suministrar servicios públicos a 10 ciudadanos que a 15. Además, el dinero devaluado de hoy valdrá, si acaso, el 50% de lo que valía en aquellos tiempos, por lo que los nuevos 6 mil millones de deuda, realmente se traducirían en unos tres mil.  

4-)  Las obras públicas de infraestructura, en aquellos oscuros tiempos, fueron casi inexistentes porque el dinero tenía otros destinos; por lo que el  endeudamiento se hace necesario  para crear la infraestructura y condiciones que nos ayudará a continuar creciendo como hasta ahora, aún en situaciones internacionales difíciles.

5- ) Nuestra responsable banca y superintendencia, han mantenido una muy saludable actividad financiera, todo lo contrario a lo que ocurrió en el norte.
Y así vemos como hoy el país se desarrolla en todo sentido, hasta lograr ser el cuarto país latinoamericano que ha alcanzado “Grado de Inversión”, lo que nos favorece en la rebaja de intereses.

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