El médico llena uno o más formularios (recetas), que deben llevar cada una cinco copias adicionales al original, una copia por mes, lo que significa seis documentos, seis impresiones de datos a ser adheridos uno por cada copia, luego seis sellados en ventanilla de recibo y despacho de recetas, seis inclusiones en el sistema de cómputo y lo más importante… doce traslados del paciente sea cual sea la provincia o distancia desde su residencia a la clínica, sea cual sea su edad, sea cual sea su estado físico etc., lo que significa muchísimas veces la utilización por seis o doce veces de una ambulancia para recoger al paciente y que este se haga presente a introducir y/o retirar su receta con la dotación de medicamentos.

Muchas veces ocurre además que, cuando el paciente llega a introducir la receta del siguiente mes, simplemente le responden que no hay en existencia de uno o más de esos medicamentos. El paciente quizás viene desde una provincia o cantón lejano, pierde uno o dos días de trabajo según sea la distancia, no hay atención telefónica en las farmacias lo que significa una multiplicidad de viajes del paciente solamente para constatar si ya llegó el medicamento, y durante cada uno de los viajes tiene que hacer fila, agrandando las ya muy aglutinadas filas, gastar en transporte o generar un gasto en ese rubro a la C.C.S.S. ¡Frustrante… ¿verdad?!

Simplificación:
En la explicación anterior traté de simplificar lo más posible la explicación del trámite, sin embargo, todo aquél que visita un médico de la Caja, sabe que muchas veces el proceso se complica aún más.

Y pensar que todo se pudo simplificar con que el médico emitiera ‘’una sola receta’’ explicando que la dosis es para (x) cantidad de meses, obteniendo las siguientes ventajas:

1. Menos gasto de papel y tiempo por parte del médico.
   
   
2. Ahorro en tiempo y papel en el mostrador donde se nos autorizan las recetas y se les adhieren los datos impresos. Ello genera una agilización en la atención por paciente y por consiguiente ‘’menos filas y menos caras amargadas tanto del paciente como de la joven encargada’’.
   
   
3. Un solo trámite en la ventanilla de farmacia y todo lo que ello conlleva en la actividad antes mencionada. Entrega del medicamento en un plazo menor a una hora mediante llamado por el alta voz para que el paciente no tenga que hacer nuevamente fila, sino sentarse cómodamente a esperar.
   
   
4. El paciente no se arriesga a que en algún momento le falte el medicamento, pues lleva todas las dosis hasta su próxima cita.

El resto de beneficios de la simplificación antes mencionada querido lector, usted puede apreciarlos simplemente repasando la lista de los problemas planteados al inicio.

Imagínese cuánto ahorraría la Caja, cuánto se reducirían las ‘’famosas’’ filas que tanto se mencionan y nos irritan, cuánto ahorro en tiempo y dinero para el paciente, cuántas caras más felices y contentas tanto en el personal de las clínicas como en los pacientes.

Disminuir el gasto público, no es cuestión de invertir y gastar más en sistemas y tecnología, es simplemente sentarse y utilizar un poco más ‘’esa preciada masa gris’’ que nos dotó el Creador, y tener un poco más de consciencia libre de egolatría e irresponsabilidad. Es ser más consciente del ‘’compromiso’’ que se adquiere cuando aceptamos un puesto de trabajo. ¡Es ser más humanista que simple humano!