Redacción.-Negros nubarrones se ciernen sobre la paz mundial causados por una situación que siempre ha provocado angustias al mundo entero como es el conflicto del Medio Oriente. Su epicentro es la agresión permanente del Estado de Israel al pueblo palestino. Lo anterior viene dándose desde la creación misma de dicho Estado que, aunque reconocido por el derecho internacional, no ha cesado de agredir al pueblo palestino.

Israel se ha convertido en la potencia militar más grande de la región, superior incluso a Irán. Israel es hoy la potencia nuclear más grande de esa conflictiva región y la sexta en el mundo, pues sus propios dirigentes, luego de negarlo por décadas, se han visto obligados a reconocer que poseen un arsenal de más de 200 bombas atómicas.

Es por eso que toda tensión en la región sitúa al mundo al borde de una guerra de imprevisibles consecuencias. Razón por la cual nos concierne a todos, pues en ello están en juego los destinos mismos de la humanidad.

Terrorismo de estado. Hoy estamos más cerca del abismo que nunca. Su principal responsable es el actual gobierno ultraderechista que han logrado imponer a su pueblo los sectores más duros del propio Israel apoyados por mafias de origen ruso y por grupos fundamentalistas evangélicos norteamericanos, tradicionalmente antisemitas pero momentáneamente organizados en contra del Islam.

Es por eso, insisto, que en todos los rincones del planeta debemos ocuparnos y, sobre todo, preocuparnos hondamente por la situación en esa región geográfica del mundo que es el Mediterráneo Oriental. Mucho se ha escrito desde hace muchos años sobre esa gravísima realidad, pero ahora las cosas se empeoran aun más ante la masacre que el ejército israelí ha perpetrado contra grupos humanitarios que, mediante una flotilla, buscaban llevar ayuda a la población de Gaza, convertida en un campo de concentración neonazi por el gobierno israelí.

La masacre perpetrada por el ejército israelí solo puede calificarse como terrorismo de estado. En esa flotilla de hombres y mujeres provenientes de los más variados países había una Premio Nobel de la Paz, un exsubsecretario general de Naciones Unidas; pero eran mayoritariamente voluntarios turcos quienes fueron las víctimas de esta infame agresión.

Clamor internacional. Hoy el mundo entero condena semejante barbarie; cada día el clamor aumenta a medida que se dan a conocer las autopsias en donde queda manifiesto que las víctimas fueron ultimadas con tiros de gracia a corta distancia. Por eso nuevas flotillas se organizan. Cabe, entonces, preguntarse por qué el gobierno israelí hizo semejante crimen a los ojos del mundo entero estando plenamente consciente de las consecuencias del mismo. El actual gobierno israelí no acepta levantar el bloqueo de Gaza a pesar de que Tony Blair, el Secretario General de Naciones Unidas y el Papa así lo han demandado con vehemencia.

Las consecuencias de esta demencial política han sido catastróficas para el propio Israel. Los acalorados debates en el parlamento así lo prueban. Hoy Gaza no está aislada, sino Israel. Más aun, Hamas se consolida como fuerza mayoritaria dentro y fuera del pueblo palestino. Sin embargo, no debemos olvidar que el verdadero responsable de esta situación siguen siendo las políticas imperiales de Washington, que sostienen al Estado de Israel al suministrarle cada año cerca de $3.000 millones, lo cual suma ya en total más de $100.000 millones.

Por eso creo que es necesario organizar una especie de Tribunal como el que grandes filósofos como Russell y Sartre encabezaron para juzgar los crímenes cometidos por el imperialismo norteamericano en la Guerra de Vietnam, como paso previo para acusar a los actuales dirigentes del gobierno israelí por crímenes de lesa humanidad ante la Corte Penal Internacional. Finalmente, los sectores de oposición más críticos y los partidos palestinos al interior de Israel deben ser objeto de la solidaridad internacional.

* El Dr. Mora es filósofo, escritor y ex Ministro de Cultura.