su parte, niega todas estas acusaciones y advierte que recurrirá a bloquear el Estrecho de Ormuz, por donde circula el 35% de todo el crudo del mundo, en respuesta a la presión por parte de EE. UU. y sus aliados. Este mismo domingo Ali Ashraf Nouri, uno de los altos cargos de la Guardia Revolucionaria, reiteró que Teherán cerrará el Estrecho de Ormuz si los países occidentales bloquearan las exportaciones del crudo iraní, según recoge el periódico iraní Khorasan.

Feireidoun Abbasi, por su parte, precisó, además, que Teherán mostró sus centrifugadoras de producción propia para el enriquecimiento de uranio a Yukiya Amano, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), para "demostrar las capacidades de los científicos iraníes". Abbasi reiteró que el uranio enriquecido servirá para fabricar combustible para los reactores nucleares.

También comunicó que la central de Bushehr, fruto de la colaboración de Irán con especialistas en energía atómica rusos, llegará a su capacidad completa de 1.000 megavatios para el 1 de febrero. La central fue conectada al sistema de suministro eléctrico del país en septiembre de 2011 con una capacidad de 60 megavatios.

La construcción de la primera central nuclear en Irán, Bushehr, se remonta al año 1975. Empezó con la participación de la filial de la compañía alemana Siemens, la empresa Kraftwerk Union AG. Sin embargo, a causa de la revolución islámica que se dio en el país en 1979 y el conflicto armado que se desencadenó después, se detuvieron las obras y se rompió el contrato.

El 8 de enero de 1995 se firmó un acuerdo ruso-iraní para terminar la construcción de la primera unidad de generación eléctrica de la central nuclear de Bushehr y en 1998 se firmó un anexo al contrato que suponía la terminación de las obras por la compañía rusa Atomstroiexport.