Con ese mismo valor se vuelve a hacer historia una vez más, los empleados municipales con la frente muy en alto deciden no aguantar más abusos y la persecución laboral por parte de su jerarca, y se unieron en unanimidad, se organizaron y con el profesionalismo y gran corazón luchador que les caracteriza tomaron el estandarte de la municipalidad generaleña con el apoyo de todo un pueblo y emprendieron su viaje a cruzar el cerro de la muerte para llegar al curul TICO a dar la cara y dejarle muy claro al  gobierno de nuestra nación, que el voto del pueblo se respeta y exigirle que tome cartas en el asunto, se pronuncie y resuelva la problemática de Pérez Zeledón, para evitar que todo un pueblo se sublevara en defensa de sus libertades y derechos.

Como sabemos, la presidente de nuestra República prometió un gobierno trasparente, pero como experiencia, los costarricenses tenemos el amargo sabor de saber que la corrupción tiene como rehén a nuestro país, lo cual pone en peligro nuestra seguridad nacional y democracia.

Los generaleños defendieron a capa y espada sus derechos democráticos y libertades en la asamblea legislativa, marcharon a la sala cuarta, se manifestaron en casa presidencial y como punto final se dirigieron muy ordenadamente, con respeto pero con toda la firmeza que caracteriza a la gente de Pérez Zeledón hacia el Tribunal Supremo de Elecciones, para hacer valer el sufragio como derecho democrático de todos los costarricenses.

Pueblo de Costa Rica, los generaleños demostraron tener viva la llama de la democracia y con la  esperanza que nunca se debe de perder pero que se debe demostrar bajo cualquier adversidad sin dar un paso atrás veremos con optimismo la luz de la libertad y la justicia al final del día.

El alcalde Luis Mendieta quiso dramatizar una condición vergonzosa donde en muchas ocasiones se dio de victima para obtener la pena y apoyo del pueblo generaleño, pero esa táctica baja de carácter y ética humana no le funciono ante un pueblo informado e indignado por sus malas intenciones y acciones que llevaron al declive económico-social al noble pueblo de Pérez Zeledón.

Los guerreros del Sur fueron muy claros con Mendieta, la diputada Espinoza y la presidente Laura Chinchilla, a la cual con firmeza se le envió un mensaje y se le invito a visitar nuestro cantón para que con sus propios ojos se diera cuenta de nuestra problemática y por qué el pueblo se manifestó de la forma que lo hizo.

Los generaleños marcaron la pauta de toda una nación que le dijo al gobierno de la presidente Laura Chinchilla, hoy es el momento de hacer realidad las promesas de transparencia y democracia. Es la hora y el momento propicio para salir del oscuro y desolado valle de la corrupción hacia un camino soleado de la justicia y libertad absoluta para todos los Costarricenses y por el bien común de nuestra nación.

Que les quede muy claro a todos, que Costa Rica entera entienda que los remolinos de la rebelión continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que surja el esplendoroso día de la justicia donde se respeten nuestros derechos de voto, y donde la voz del pueblo es la base y esencia de nuestra libertad y democracia; y cuando alguien atente en contra del pueblo y sus derechos, nos verán una vez más resurgir y escribir otra página más en la historia de nuestra nación.

Los generaleños no buscamos satisfacer nuestra sed por el respeto a la libertad y democracia bebiendo de la copa de la amargura y el odio. Nos hemos conducido en una marcha firme y de lucha tenaz por el camino elevado de la dignidad y la disciplina, dimos un ejemplo a la nación y resto del mundo que nos observaba con preocupación, pero demostramos que SI SE PUEDE cuando no se doblega y no dejamos mancillar nuestros derechos cuando se lucha con un DIOS y la verdad por delante.

 Hoy me siento muy orgulloso de ser generaleño de cepa. Orgulloso de haber participado y cubierto un acto histórico y noticia sin precedentes en Costa Rica. Orgulloso de compartir a la par de un grupo humano y valiente por excelencia donde una vez más Pérez Zeledón escribió una página más en la historia de nuestro país. Yo sentí y experimente el repicar en lo profundo de cada corazón generaleño el pálpito de cúspide prodigioso de ser orgullosamente Costarricense. “QUE VIVAN SIEMPRE EL TRABAJO Y LA PAZ”.