Datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos reflejan que el año pasado el nivel de pobreza ascendió a 21,6 por ciento con respecto al 21,3 de 2010, y la extrema, que antes afectaba a seis por ciento de la población, abarcó a 6,4.

El gobierno asegura que la reforma tributaria contribuirá a disminuir esos indicadores y el déficit fiscal, mientras sus detractores insisten en la necesidad de reforzar los controles para evitar la evasión antes de redoblar los impuestos en detrimento de los menos aventajados en lo económico.

La publicación recuerda que Solís es criticado por hacerse eco de las autoridades en esta ocasión y por tratar de darle más dinero a las arcas estatales, con mínimos requerimientos de austeridad o control de gastos, pese a su tradicional lucha contra la corrupción.

El Plan Fiscal aportará al gobierno los fondos necesarios para financiar en sus últimos meses la práctica del clientelismo político, tan cuestionada por el excandidato presidencial en otros momentos y considerada la causa fundamental de su derrota electoral en 2010, opina El País.